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La relación entre el sueño y la alimentación

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Muchas veces nos cuesta más dormir o durante el día estamos más cansados de lo normal. Esto lo solemos achacar a las preocupaciones o el haber dormido poco durante esa noche. Sin embargo, una de las razones que nos trastocan el sueño, y no tenemos en cuenta, es la alimentación. Existe una estrecha relación entre sueño y alimentación que te contamos a continuación.

Alimentación, sueño y enfermedades

Del sueño se dice que “alimenta” ya que en el desarrollo de los bebés es algo muy importante. Una investigación de la División de Medicina del Sueño de la Universidad Harvard, en la que participaron casi seiscientas personas que trabajaban hasta tarde y tenían turnos irregulares demostró que dormir lo suficiente hace que se tomen que se elijan alimentos más saludables y se coma mejor.

El sueño también está relacionado con las enfermedades crónicas. De hecho, la alteración del sueño se ha relacionado con el aumento de peso, la diabetes y la mortalidad prematura.

Un sueño de larga o corta duración predice un mayor riesgo de sufrir obesidad, según un estudio de la Universidad Laval en Québec.

Por consiguiente, una de las claves para evitar el sobrepeso, además de seguir una dieta baja en calorías y realizar ejercicio regular, consiste en no dormir menos de siete horas ni más de nueve por la noche.

Diferentes alimentos y su influencia en el sueño

  • Alimentos que favorecen el sueño
  • Frutos secos: Aquellos ricos en magnesio que permiten combatir el estrés.
  • Pescado azul: Los que sean ricos en triptófano y Omega 3.
  • Carne: Si es pollo, pavo o conejo.
  • Bebida de soja
  • Yema de huevo
  • Chocolate negro
  • Frutas ricas en vitaminas y minerales como el magnesio, que favorece la relajación, disminuye la fatiga y aumenta la tolerancia al estrés.
  • Alga espirulina
  • Verduras como espárragos, espinacas, calabaza, zanahoria...
  • Cereales: trigo, maíz, espetal o avena. También las semillas de sésamo y las pipas de girasol y calabaza.
  • La chía y la quinoa
  • Té Rooibos: es un gran enemigo del insomnio.
  • Alimentos que dificultan el sueño
  • Legumbres: especialmente, frijoles y judías.
  • Frutas ricas en vitamina C.
  • Tofu
  • Carnes rojas
  • Requesón
  • La bebidas estimulantes
  • Comidas picantes.
  • Verduras con propiedades diuréticas
  • Chocolate
  • Menta
  • Alcohol: aunque es un depresor del sistema nervioso central, proporciona un sueño poco reparador.