Cómo tener tu propio huerto casero
Tener un huerto en casa, cultivar nuestras propias verduras y hortalizas y llevar a la mesa el fruto de nuestro trabajo es algo bueno, no sólo porque las verduras que cultivemos serán más saludables, sino porque es una actividad de ocio y que podemos realizar en familia con los más pequeños.
Un huerto casero es una mini-huerta para el autoabastecimiento familiar o personal, que se puede plantar en algún pequeño espacio de una casa siempre que sea soleado y que permita ubicar un recipiente para colocar la tierra que puede ser desde macetas a mesas de plantar.
Los primeros pasos
Lo primero, y más importante, es el lugar que va a ocupar tu futuro huerto. Para elegir el lugar adecuado debes tener en cuenta una serie de aspectos:
- Que sea un lugar donde dé mucho el sol, que cuente con luz natural el máximo de horas posibles al día (no hace falta que sea luz directa, pero sí que reciba la cantidad suficiente para alimentar las plantas que crezcan en él).
- Que haya una toma de agua cerca, así ahorrarás tiempo a la hora de regar.
- Que el suelo tenga un buen sistema de drenaje, que canalice el agua hacia un desagüe.
- Que sea un lugar, dentro de lo que cabe, fácil de limpiar.
Pasos a seguir
Lo primero es construir el soporte o las macetas para las plantas. No compres nada innecesario, ya que las plantas pueden crecer en muchos sitios que te sorprenderán. Por esta razón, intenta darle un uso diferente a objetos que tengas en casa y así reutilizarlos:
- Los cajones o cajoneras que no uses pueden servir para construir un huerto vertical. Si son de madera, recuerda forrar los cajones con bolsas de plástico antes de introducir la tierra, y procura guardar distancia entre ellos para que penetre la luz.
- Puedes construir macetas con garrafas y botellas de plástico vacías.
- Puedes usar pequeñas cajas de madera, de las que se usan para transportar fruta y que normalmente se tiran tras usarlas una sola vez.
- Puedes usar palés de madera. Los palets ofrecen las medidas ideales para que crezcan todo tipo de plantas en su interior.
- Si tienes algún farolillo de Ikea por casa al que te apetezca darle un nuevo uso, sirven como soportes perfectos para plantar.
En función del espacio del que dispongas, puedes montar dos tipos de huerto:
- Horizontal: con macetas colocadas una al lado de otra, como si se tratara de plantas ornamentales o flores.
- Vertical: en diferentes pisos. Además de ahorrar espacio, permite trabajar con mayor comodidad.
Hecho esto, solo tendrás que rellenar de tierra las macetas, los cajones o las cajas que hayas elegido y plantar tus semillas, esquejes o brotes a placer.
La tierra que más le conviene a un huerto urbano es la que encuentras en cualquier campo labrado. Si tiene un alto contenido de arena o arcilla, lo mejor es mezclarla con sustrato para plantas. El compost obtenido con el reciclaje de materia orgánica es perfecto.
Consejos al elegir qué plantar
- Elige plantas de temporada: ahorrarás recursos (agua, luz…) y contribuirás a mejorar la salud de tu huerto.
- Combina distintos tipos de plantas: aromáticas, flores… junto a hortalizas y verduras. Algunas de ellas son repelentes naturales de plagas y hongos que perjudican a tu huerto.
- Crea tus propios planteles: puedes usar hueveras vacías para hacer crecer tus semillas con algo de papel húmedo o tierra esponjosa, y trasplantarlas luego a su lugar definitivo.
Ventajas de tener un huerto en casa
- Fomenta el consumo responsable, pues evitamos acudir a las grandes plataformas, supermercados, locales o tiendas en los que abundan productos elaborados sin ningún tipo de medidas cuidadosas con el medioambiente.
- Entendemos mejor los ciclos y dinámicas naturales a las que muchas veces dado nuestro agitado estilo de vida.
- Nos proporcionan alimentos sanos, nutritivos y ecológicos, pues no necesitan el uso de productos químicos o fertilizantes para su conservación o producción. Todo lo que cultives en tu huerto será natural.
- Reduce los niveles de estrés y ansiedad propios de muchas de nuestras grandes ciudades.