Ahorrar energía con compresores de aire
Los compresores de aire generan energía a través del aire comprimido. La compresión del fluido se consigue ejerciendo energía mecánica que se transmite a la sustancia que circula en el interior. Se incrementa tanto la presión como la energía cinética. A diferencia de bombas o ventiladores, los compresores pueden modificar la densidad, presión y temperatura del fluido.
La energía transformada por el compresor se traspasa a otra herramienta a través de una manguera o tubo para realizar todo tipo de funciones (tanto industriales como domésticas). Entre sus aplicaciones encontramos el inflado de objetos, generación de energía eléctrica, compresión de fluidos para sistemas de alimentación o de refrigeración, etc.
¿Cómo ahorrar energía con aire comprimido?
Se ha extendido el uso de sistemas de aire comprimido en instalaciones industriales. Y aunque se trate de un sistema, por lo general, eficiente, es preciso analizar su verdadera eficiencia para garantizar un mayor ahorro energético. Un compresor poco eficiente genera un elevado coste de explotación además un gran impacto medioambiental.
Para ahorrar el consumo energético con la instalación de un compresor de aire pueden llevarse a cabo una serie de acciones:
Realizar una auditoría
Pueden medirse y analizarse datos como la potencia de los compresores de tornillo, su caudal y su presión además de las horas de trabajo, de calefacción para determinar el grado de eficiencia del sistema de aire comprimido.
Distribuir el sistema en forma de anillo
La distribución de las tuberías del sistema de aire comprimido también influye sobre el gasto energético. Si cada tubería se lleva a un punto de consumo independiente pueden producirse caídas de presión en los puntos más alejados. La reacción instintiva es, o subir la presión manualmente o adquirir un sistema con más potencia.
Esto conlleva un mayor gasto energético y una bajada considerable en la eficiencia. Es preferible colocar las tuberías formando un anillo con sus extremos cerrados para evitar estas caídas de presión aisladas.
Control de fugas de aire
Se deben revisar periódicamente las fugas de aire para controlar su impacto y así ahorrar en la inversión económica. Pueden usarse sistemas de detección de fugas. Aunque en la mayoría de empresas no se suele prestar atención a este factor, a largo plazo puede influir negativamente sobre el gasto energético y de explotación de la empresa.