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CLAVES PARA UN BUEN EMBALAJE INDUSTRIAL

Actualizado el
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Cuando hablamos de embalaje industrial nos referimos al tipo de embalaje que tiene como función acomodar la mercadería para preservarla y conservarla durante los transcursos logísticos, un embalaje que deberá ser resistente con una gran sencillez de manipulación, transporte y almacenamiento.

El embalaje cada vez tiene más importancia en el sector industrial, ya que se ha convertido en un valioso elemento el cual permite proteger y transportar los productos además de proporcionar información sobre ellos. Saber seleccionar el modelo adecuado será primordial para proporcionar un ahorro de la mano de obra y para que se conserve en óptimas condiciones ya que en caso contrario se traducirá en deterioros y pérdida para la organización.

Cada embalaje es único porque cada producto lo es

Es importante destacar el hecho que cada producto es único y requiere un sistema de embalaje diferente adaptado y de acuerdo a sus propias características físicas, teniendo en cuenta también su fragilidad y vida útil.

También será de gran relevancia tener en cuenta que, el embalaje industrial es una instrumento de logística y comercialización que deberá cumplir con los requisitos legales del mercado objetivo adaptándose a la naturaleza del producto y las condiciones de transporte que se verá sometido además de responder a las políticas de etiquetado (provenientes de aspectos normativos, del canal de distribución y de la empresa). Si el embalaje utilizado además de tener las características óptimas es sostenible y minimiza el impacto medioambiental ajustándose a las necesidades del consumidor será un gran punto diferencial para dicha organización.

Funciones de un buen embalaje

De forma sintética, las funciones y características esenciales que deberá tener un buen embalaje industrial son las siguientes. En primer lugar, el embalaje industrial deberá soportar correctamente la variaciones ambientales y variaciones del tiempo. En segundo lugar, el contenido de los productos se deberá proteger de los movimientos bruscos y golpes durante su transportación. En tercer lugar, el embalaje en cuestión deberá ser fácil de manipular y sencillo de almacenar o guardar. En cuarto lugar, deberá ser capaz de resistir correctamente el paso del tiempo. En último lugar, el embalaje deberá facilitar el montaje, manipulación y manejo por parte del usuario, cliente y/o transportista.

Elegir el embalaje adecuado

Y ahora puede que te estés preguntando; ¿Cómo elijo la protección y el embalaje adecuado? Sin duda, el principal objetivo del embalaje es la máxima protección del producto el cual está siendo trasladado, y a continuación te mostramos los principales factores a tener en cuenta en relación el tipo de producto y el modo de transporte.

  • Estabilidad química
  • Deterioro y vida útil
  • Fragilidad al impacto y a la vibración
  • Durabilidad
  • Resistencia a la abrasión
  • Valor
  • Sensibilidad a la humedad
  • Reacción ante la oxidación y a la corrosión.

Además, las empresas deberán adaptarse a las características de cada uno de los países y su correspondiente normativa. Si tu empresa u organización desea vender y exportar los productos a un mercado externo deberá estar preparado con un mecanismo de empaque y embalaje que asegure el estado del producto en cuestión, y que del mismo modo proporcione un valor añadido cumpliendo con el requerimiento del país.

En conclusión, el objetivo de cualquier empresa a través del embalaje es lograr una unión comercial duradera entre la mercancía y el cliente final, en la que ambos deben salir beneficiados.

Es por ese motivo, que contar con todos los factores explicados con anterioridad aumentará el potencial de cualquier empresa y consecuentemente su éxito.