Normativa de instalación de casas de madera
Una casa de madera es una construcción prefabricada que posee una normativa para poder regular su uso. Se trata de un tipo de vivienda muy reciente y que poco se conoce sobre su funcionalidad. Para que se considere un inmueble, estas deben anclarse al suelo. Para llevar a cabo este paso, el interesado tiene que solicitar un permiso en el ayuntamiento de la localidad en la que se pretende instalar. De este modo, este órgano competente puede expedir las posibles licencias de obra. Dependiendo del país, e incluso del municipio en el que solicite esta documentación, pueden ser más o menos estrictos con todos los papeles a presentar. En Estados Unidos (EE. UU), por ejemplo, estos procesos son muy sencillos y rápidos de realizar.
En el caso de España, como bien hemos comentado antes, si la vivienda prefabricada va anclada al suelo, debe disponer de una serie de necesidades básicas para que se pueda conceder la licencia correspondiente. Y, por supuestos, estos requisitos deben ser supervisados por un arquitecto y por un aparejador, esto es, un técnico que comprueba la efectividad de las edificaciones, a través de un proyecto técnico:
- Célula de habitabilidad, es decir, un espacio que cumpla con las condiciones de calidad para poder domir, comer y realizar las necesidades humanas.
- Concesiones de luz, agua, red eléctrica.
- Contratar suministro de desagüe en el Ayuntamiento.
Normativa vigente para la instalación de viviendas prefabricadas
La Ley de Ordenación de Edificios (LOE) y el Código Técnico de la Edificación (CTE) resuelven todas las dudas acerca de los pasos y requisitos a cumplir para que una casa de madera sea considerada inmueble.
Como bien se ha podido demostrar antes, las casas prefabricadas se consideran grandes proyectos de arquitectura, si bien deben contar con el apoyo y la firma de varios profesionales expertos para contar con la aprobación de toda la documentación a presentar.
Por lo tanto, en el paso previo a su ejecución, la normativa expone que el suelo debe ser urbanizable para poder colocar la vivienda prefabricada, además de disponer del correspondiente certificado para su construcción que se solicita en el consistorio.
El interesado debe también valorar los diferentes importes que debe abonar para poder llevar a cabo su proyecto. La documentación por licencia urbanística cobra al portador una tasa de impuesto que oscila entre el 0.5 % y el 2 %.
Sin embargo, este valor puede incrementarse en el caso de que realice una nueva obra dentro del hogar prefabricado o, en ocasiones, también se puede dar el caso de tener que pagar los planos avalado por el arquitecto, en cuyo caso, ademá de pagar el impuesto de construcciones, habrá que abonar todo el desembolso que ha causado la mano de obra.
Una vez ya se encuentra instalada en un lugar habilitado, estas casas de madera disponen del mismo tratamiento que cualquier otra vivienda tradicional, es decir, debe pagar los mismos impuestos y tarifas de consumo, además de solicitar licencias para realizar obras nuevas.
Ventajas de las viviendas de madera
En este sentido, como actúan de igual manera que los pisos y viviendas habituales, se pueden solicitar hipotecas, préstamos u otro tipo de financiamientos para realizar obras nuevas o pagar a plazos los gastos.
Sin duda alguna puede ser un modelo de hogar con un coste de compra más elevado que el de la media. No obstante, se trata de una inversión completamente asequible que puede salir más rentable. Además de sus comodidad, las viviendas de maderas se adaptan a todo tipo de necesidades y son las más económicas que se pueden encontrar en el mercado a día de hoy. Y como se puede escoger, en cierto modo, la localización, se puede analizar la posibilidad de escoger un lugar agradable y que permite ahorrar energía, al entrar mucha luz durante el día.