¿Conoces las ventajas de la estufa de pellets?
Las estufas de pellets son uno de los sistemas de calefacción más eficaces en la actualidad. Debido a que utilizan energía de biomasa para generar calor, especialmente pellets, este es un combustible derivado de la naturaleza particularmente barato.
La estufa de pellet está considerada como una de las mejores alternativas, con la rentabilidad añadida de respetar el ecosistema (y nuestra economía).
Los pellets son pequeños cilindros de virutas de madera comprimidas sin aditivos, con un diámetro de 5-6 mm y una longitud de 10-25 mm. Suelen venderse en sacos o bolsas por kilogramos para que sean fáciles de transportar y almacenar.
Además de comprar una buena estufa de pellets, la eficacia de estos sistemas depende en cierta medida de la calidad de los pellets utilizados. Para verificar esta calidad, los pellets no deben contener materiales como papel, tierra o metal. Además, las buenas partículas deben ser de color uniforme y tener una compacidad visible, de modo que no sean fáciles de agrietar o esparcir.
Este combustible tiene un poder calorífico muy alto y produce una pequeña cantidad de residuo en forma de ceniza, lo que puede proporcionar un excelente rendimiento para la calefacción del hogar. Además, la cantidad de emisiones de dióxido de carbono de su combustión es muy baja, por lo que el uso de estas estufas no producirá efecto invernadero.
Otro gran beneficio de las estufas de pellet es que ahorran energía para los hogares, sobre todo por el menor precio de este combustible frente a otras alternativas como el diésel, el butano o la electricidad.
¿Cual es la operatividad de la estufa de pellets?
Aunque funciona mediante la quema de madera prensada, este tipo de estufa tiene un funcionamiento totalmente automático y tiene una cámara cerrada que irradia calor a toda la habitación, lo que las hace muy seguras y sin ningún peligro de quemaduras.
En el proceso del encendido de la estufa, la resistencia cerca del cenicero que contiene las partículas se convierte en una lámpara incandescente, y cuando la primera partícula se quema, la cámara de fuego comienza a ventilarse. Esto hace que una corriente de aire fluya a través del cenicero para avivar la llama.
Después de encenderse, la estufa comienza a funcionar con normalidad, y las partículas se cargan en el cenicero a través de un tornillo sinfín y se ventila la cámara.
Estas estufas tienen diferentes sensores térmicos. Uno de ellos permite que cuando el sensor de la cámara de fuego detecta un incendio en el cenicero, el horno reconozca el calor y active el intercambiador de calor para ventilar y extraer el calor de la estufa. Otro sensor se encarga de detectar que la estufa alcanza la temperatura requerida por el usuario para detener la combustión y economizar energéticamente. Cuando la temperatura es más baja que la temperatura requerida, el dispositivo comenzará a calentar nuevamente.