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Tipos de lesiones deportivas y causas que las provocan

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fisioterapia

El ejercicio es importante para mantener una buena salud: ayuda a prevenir y tratar la obesidad, la presión arterial alta y la diabetes, reduce el estrés y mejora el estado de ánimo. Sin embargo, es posible que participar en actividad física pueda resultar en lesiones. En este artículo describimos las lesiones deportivas más comunes y sus causas, así como las medidas más importantes para prevenirlas y tratarlas.

Las lesiones más comunes en el mundo deportivo 

Las lesiones deportivas pueden ocurrir por una variedad de razones. Estos incluyen accidentes (por ejemplo, caídas), falta de calentamiento antes del ejercicio, uso de equipo de ejercicio inadecuado, mala técnica o falta de aptitud física para realizar el ejercicio.

Teniendo en cuenta estas causas, para reducir el riesgo de lesiones deportivas es necesario realizar ejercicios de calentamiento para preparar el cuerpo, realizar un ejercicio adaptado a la forma física, utilizar material adaptado (zapatillas, rodilleras, espinilleras, protectores, etc. .) y aprenda las Técnicas correctas, especialmente cuando comienza una nueva actividad. También existen geles de masaje con extractos de plantas como árnica, hipérico y caléndula, destinados a la preparación y recuperación de músculos y ligamentos; Estos se utilizan antes y después del ejercicio para prevenir estas lesiones.

La fisioterapia es fundamental en estas lesiones para devolver la funcionalidad a la zona lesionada. El fisioterapeuta trabajará para devolver la movilidad y estabilidad a las articulaciones inmovilizadas y la fuerza muscular debido a la atrofia asociada.

  • Lesiones musculares

Afectan a los músculos y pueden ser causados ​​por un traumatismo directo, uso excesivo, movimiento inadecuado, etc. En cualquier deporte, las lesiones son más comunes que otras dependiendo de qué grupos musculares se utilicen más, pero en general se pueden distinguir los siguientes tipos de lesiones:

Contusión: Se producen por un golpe en el músculo y pueden causar inflamación, dolor y hematomas.

Calambre: El músculo se contrae severamente y se acorta por unos momentos, causando un dolor intenso que dura unos momentos antes de aliviarse, pero no del todo.

Contractura: En este caso, la contracción brusca del músculo se mantiene en el tiempo, provocando dolor y limitando el movimiento.

Distensión: También llamada hiperextensión o estiramiento muscular. Se produce cuando el músculo se estira más de lo que puede abarcar. Provoca dolor difuso que persiste en el tiempo.

Rotura fibrilar o desgarro muscular: Se desgarran una o más fibras musculares, y su gravedad depende de la extensión de la lesión y su duración. El dolor es agudo y muy localizado, aunque los más intensos provocan una inmovilidad muscular inmediata.

Rotura muscular completa: El músculo se rompe por completo. El dolor es intenso y se siente una incapacidad para mover el músculo, lo que lleva a la inmovilidad.

  • Lesiones en los tendones

Afectan a los tendones y pueden tener múltiples causas, que van desde un hematoma al uso de equipamiento y calzado deportivo inadecuados, pasando por movimientos repetitivos inadecuados, etc.

Tendinitis o entesitis de inserción: Se caracteriza por la inflamación de las inserciones de los tendones en el hueso debido a microdesgarros fibrilares causados ​​por el uso excesivo. En un alto porcentaje de los casos, la lesión es recurrente.

Tendinitis: El eje del tendón suele estar inflamado, pero la vaina del tendón (tenosinovitis) o el peritendón (peritendinitis) también pueden verse afectados.

Rotura parcial: Generalmente ocurre particularmente en los tendones más largos y se caracteriza por la ruptura de algunas fibras.

Rotura total: El tendón se desgarra por completo y generalmente ocurre en atletas mayores.

Luxación: Ciertos movimientos hacen que el tendón se desplace de su posición natural. Es una lesión muy rara.

  • Lesiones en las articulaciones

El daño articular relacionado con el deporte puede afectar la estructura ósea, los ligamentos, los tendones, el cartílago, la membrana sinovial o incluso la bursa. Ya hemos hablado de las lesiones de tendones y ligamentos, por lo que sólo cabe mencionar las relacionadas con el resto de componentes de la articulación:

Hueso: Las lesiones de las articulaciones óseas pueden incluir fracturas con rotura parcial o total del hueso y dislocaciones que hacen que uno de los huesos que forman la articulación se mueva de su posición normal.

Cartílago: Cubren el extremo del hueso y aseguran el buen funcionamiento de la articulación evitando la fricción entre los huesos (los meniscos son cartílagos). Entre las lesiones más comunes provocadas por la práctica deportiva hay que destacar la condromolacia, que es una alteración del cartílago como consecuencia de un traumatismo, y la osteocondritis, que es una inflamación del cartílago.

Membrana sinovial: Es una membrana que protege toda la articulación y está llena de líquido sinovial. La lesión más común es la sinovitis, irritación o inflamación de la membrana por golpe, esguince de la articulación o mala postura que provoque un aumento del volumen del líquido sinovial.

Bursas: Son estructuras blandas en forma de bolsa situadas entre los músculos, tendones, ligamentos y prominencias óseas que forman la articulación, y su función es evitar el roce entre los huesos durante el movimiento y amortiguar la presión ejercida sobre la articulación. La lesión más común es la bursitis, es decir, la inflamación de la bursa que puede cronificarse tras sucesivos brotes. Esto puede ser causado por moretones, movimientos repetitivos y presión continua.