La subida de la luz, ¿qué hacer?
Durante todo este año, el precio de la luz continúa aumentando. El viernes 20 de agosto, España marcó su último récord en el precio de la luz. Ese día tuvo el precio medio de la electricidad más caro de Europa, alcanzando los 117,14 € por megavatio hora de media.
De esta forma se ha superado a otros países como Italia con 109,23 €, Alemania con 102,18 € y Francia con 101,6 euros. Los cuatro países con los precios más bajos son: Polonia, Bulgaria, Grecia y Suiza; todos ellos con precios medios inferiores a los 100 euros el MWh.
Causas
Los motivos que conducen a esta situación son diversos. Algunos son factores externos como los impuestos, el precio de los derechos de emisión de CO2 y los precios del gas natural.
El sistema que opera en España consiste en anticipar la demanda eléctrica diaria. Entonces se considera la entrada de las distintas tecnologías que producen electricidad. El orden es primero las más baratas y luego las más caras. En el caso que toda la energía renovable generada en España gracias al viento o el sol cubriera la demanda entera de ese día, el precio sería muy bajo. Sin embargo, cuando la demanda supera a la oferta de renovables debemos continuar solicitando energía de origen fósil. Y en estos momentos el precio se ha elevado considerablemente.
El futuro inminente
España es uno de los mercados de energía renovable de más rápido crecimiento en Europa. En la primera mitad del año, la electricidad generada por aerogeneradores aumentó un 25% en comparación con el mismo período del año pasado, mientras que la energía solar aumentó un 26%, según datos facilitados por Ember. Cuantas más energías renovables lleguen a la red, menos dependerán los consumidores del país de los cambios en los precios de los combustibles fósiles.
Otro factor relevante para los precios del próximo invierno será el resultado de la próxima subasta de energías renovables. España ha determinado que será el 14 de octubre y se estima una inversión de 2.220 millones de euros. Se subastarán 3.330MW después de los 3.000MW subastados en enero pasado y los 8.000MW en mayo y julio de 2017.
En esta edición se retendrán 600MW tanto para proyectos de plantas fotovoltaicas como eólicas en etapa avanzada de desarrollo y 300MW se reservarán para generación de energía que será distribuida por ayuntamientos. Esta medida permitirá a los organismos municipales instalar plantas fotovoltaicas cercanas para abastecer a las ciudades o pueblos con energía limpia y de menor variabilidad en el precio. Esta subasta también incluirá 1.500MW para energía eólica terrestre.
Las medidas posibles
Ante esta situación absolutamente ajena al usuario final, uno se plantea que posibilidades existen. La primera que se nos ocurre es invertir en una instalación propia de energía solar. Actualmente hay numerosas empresas que ofrecen estos servicios. Sin embargo, tanto si se realiza de forma propia o se subcontrata es recomendable realizar un curso de fotovoltaica. En poco tiempo se puede adquirir una formación adecuada para supervisar el diseño y montaje de la instalación, lo cual redundará en un mayor beneficio económico y una mayor vida útil de la instalación.
Esta opción tiene el inconveniente que requiere un desembolso inicial alto. Sin embargo, a medio plazo las ventajas son evidentes. Un precio de la energía estable y predecible. Lo habremos definido en el periodo de amortización.
Una segunda idea para afrontar la subida de luz de forma particular es la implantación de una caldera de biomasa. La biomasa es un combustible en continuo avance que ofrece grandes rendimientos. La energía de biomasa es considerada renovable y su uso se está fomentando en ciudades de tamaño medio y pequeño.
El precio de los materiales, que se utilizan en el proceso de combustión, son bajos y estables. No varían bruscamente como sucede con los combustibles fósiles, o cómo la tarifa de la luz.
Gestión energética en casa
De forma inmediata podemos aplicar medidas de gestión energética que nos ayudarán a reducir el consumo eléctrico y por tanto atenuarán el impacto de la subida en el precio de la luz.
Algunas de las medidas más empleadas para reducir el consumo eléctrico son:
1. Usar electrodomésticos con buena calificación energética. La calificación más baja es la D; la más alta, la A+++. Los electrodomésticos funcionan muchas horas al día por eso, son seleccionar equipos eficientes contribuyen a ahorrar en el medio plazo
2. Utiliza luces LED. La iluminación representa poco en el consumo total de una vivienda, sin embargo, es una medida fácil de aplicar y al igual que en el caso anterior. Son muchas las horas de funcionamiento.
3.Apaga las luces al salir de las habitaciones. Puede parecer una tontería, pero es muy habitual olvidarlas y que consuman electricidad sin que nadie lo disfrute. Se estima que el gasto en iluminación de una casa representa el 20%.
4. Descongela tu congelador periódicamente. Si tu nevera no es no-frost, conviene descongelar de vez en cuando. Cuando las paredes se cubren de escarcha, el motor necesita trabajar más y se consume hasta un 20% más. Consulta cómo y cuándo hacerlo en este post.
5.Emplea un buen aislamiento en la vivienda. Hay quien dice que la energía se escapa por las ventanas. Por las ventanas y por las puertas, para ser más concretos. Un aislamiento apropiado puede producir un ahorro energético de hasta el 30%. Esta medida es más compleja y también tiene un impacto mayor en el ahorro.
6. Apaga los equipos electrónicos cuando no los estés usando. Es muy frecuente dejarlos encendidos por comodidad. Estos dispositivos también consumen cuando están en stand-by. Si no vas a usarlo en un período prolongado de tiempo, es recomendable apagarlos.
7. Programa los electrodomésticos. Algunos electrodomésticos se pueden programar, como la lavadora, la secadora y los lavavajillas. Los modelos actuales cuentan con esta opción, en caso de que no lo tengan, se puede usar un reloj programador en el enchufe. Si se consigue evitar el horario punta se puede ahorrar una gran cantidad de dinero sin necesidad de ponerlos por la noche. Basta con aprovechar el periodo llano de los días laborables. En caso de programar estos electrodomésticos por la noche (o los fines de semana) el ahorro podría alcanzar los 130 euros entre los electrodomésticos de mayor consumo.