Pizarra para jardines: material sostenible y de baja huella de CO2
¿Está considerando reemplazar el piso del patio con otros materiales? ¿Has pensado en la pizarra para suelos de jardín? ¿Quieres conocer todas las características del suelo de pizarra, quieres apostar? Te contamos todos los detalles sobre este material de exterior. ¡Sigue leyendo!
Si se está preparando para el clima en su terraza o jardín, es posible que aún esté considerando su propio piso. Si estás pensando en utilizar suelo de pizarra, te contamos todas sus ventajas y desventajas. También le proporcionamos precios aproximados para pisos de pizarra para exteriores.
1- Ventajas del suelo de pizarra para exteriores
Fuerza y durabilidad. La pizarra es una piedra natural muy compacta y resistente. Su estructura está formada por material laminado. Los suelos de pizarra se caracterizan por una gran durabilidad y alta resistencia. La instalación de pisos de pizarra al aire libre asegurará su condición ideal para un uso prolongado.
La pizarra puede resistir bien el peso, por lo que no es necesario cambiar la acera en un área por donde pueden pasar automóviles u otros vehículos.
Resistencia a la humedad. Otro dato muy importante es que la pizarra tiene buena resistencia a la humedad y no se dañará por la acción del agua. Si fuera de nosotros, estaremos un poco mojados o en contacto con el agua, entonces no habrá problema.
Su instalación es muy sencilla. La pizarra es un material que se adapta fácilmente a cualquier espacio, y su instalación es muy sencilla y rápida.
Estética original. La pizarra tiene una belleza natural y muy primitiva debido a su textura única. La pizarra también viene en diferentes tonalidades y tipos, por lo que podemos elegir el que más nos guste para el hogar.
También podemos encontrar diferentes opciones y texturas, desde la pizarra muy pulida hasta otras pizarras con rugosidad natural.
Es un material poroso y antideslizante. Un punto muy importante es que el tablero de pizarra es un material antideslizante que puede liberarnos de posibles resbalones o caídas. Si está buscando un piso seguro que pueda caminar con seguridad, las tablas son ideales para sus actividades al aire libre.
No le afectan los hongos, musgos o los productos químicos. La pizarra es un material que resiste bien las sustancias químicas, por lo que es difícil cambiar su estado o apariencia con diferentes sustancias. Del mismo modo también resiste a los hongos o a la aparición de musgo.
Mantenimiento. Los pisos de pizarra casi no requieren mantenimiento y solo necesitan limpiarse una vez con frecuencia para mantenerlos en buenas condiciones.
La pizarra natural, un producto sostenible
La Asociación Galega de Pizarristas (AGP) constató en un estudio que la pizarra natural es más sostenible que otros productos alternativos (fibra, zinc y tejas cerámicas) utilizados en la construcción de cubiertas. El estudio analizó el estado de certificación de cada producto, su durabilidad y sostenibilidad ambiental.
Dicho estudio mostró que la pizarra natural es más sostenible que los materiales sustitutivos analizando 3 aspectos fundamentales: las emisiones de CO2 y el consumo de energía y agua.
De los análisis realizados se concluye que una cubierta de fibrocemento emite 4,5 veces más CO2 que la misma cubierta realizada en pizarra natural; del mismo modo, la comparación con la teja cerámica tiene un valor casi 1,5 veces más contaminante que la pizarra. Respecto al consumo de agua, una cubierta de teja cerámica consume algo más del triple de agua que la pizarra natural, aumentando a más de 12 veces en el caso del fibrocemento. El consumo energético de la teja es casi el doble que el de la pizarra natural (1,7 veces), y el fibrocemento supera el tripe de su consumo (está cerca de 3,5 veces).
Otro aspecto destacado en esta investigación es que el sector de la pizarra natural ha sido el primero en obtener la declaración ambiental de producto a nivel nacional. La declaración ambiental recoge todos los datos ambientales de un producto durante su ciclo de vida: información sobre las emisiones de CO2, la cantidad de agua necesaria para producirlo o el agotamiento de recursos naturales. Todos estos datos, recogidos según normas internacionales, permiten comparar el índice contaminante de los distintos productos y familias de productos.