EL PATIO COMO ELEMENTO BIOCLIMÁTICO EN LA REHABILITACIÓN DEL PATRIMONIO
A la hora de intervenir en el patrimonio edificado es muy importante que el resultado obtenido, en todos los aspectos, sea al menos igual -sino superior- que el original. Los niveles de confort interior no son una excepción a este respecto, sino precisamente el factor donde más deberíamos mejorar..
En este sentido, algunas de las intervenciones realizadas en los patios -que en muchas ocasiones pasan por su cerramiento- dan lugar a condiciones higrotérmicas peores que las originales, con el detrimento en las condiciones de confort que esto supone, tanto para este espacio, como para el resto del edificio..
El conocimiento del funcionamiento del patio como elemento bioclimático fundamental dentro del inmueble es imprescindible a la hora de realizar una rehabilitación, siendo necesario entender cómo funcionaba previo a la rehabilitación, para prever las condiciones futuras de este espacio tras la misma y proponer medidas correctoras en caso de que nuestra intervención pudiera generar efectos indeseados..
El proyecto de rehabilitación del patrimonio es un proceso complejo que atiende a múltiples factores: Desde las fases previas al proyecto y posterior intervención en el patrimonio, pasando por la documentación histórica, planimetría y levantamiento constructivo, diagnósticos y tratamientos, etc. el proyectista ha de analizar tanto el estado actual del inmueble como los materiales y sistemas constructivos empleados en su construcción, algo que tiene una dificultad añadida cuando se trabaja con materiales o sistemas constructivos que ya no se emplean en la actualidad y que, por tanto, no se cuenta con profesionales que manejen dichas técnicas.
El no tener en cuenta todos estos factores puede desencadenar en problemas o consecuencias inesperadas de la intervención realizada, como pueden ser incompatibilidades o reacciones químicas entre los materiales consolidados y las nuevas aportaciones o la pérdida del sentido arquitectónico del inmueble por no haberse realizado un estudio crítico de sus valores patrimoniales y evolución histórica, entre muchos otros.
Uno de los aspectos más comúnmente olvidados, y que por tanto da lugar con mayor frecuencia a resultados indeseados en los procesos de rehabilitación del patrimonio, es el estudio del comportamiento higrotérmico del edificio y su relación con el ambiente que le rodea, tanto exterior -condicionado por el clima- como el interior -en relación con los usos que se desarrollan-, es decir, su comportamiento bioclimático.
En este sentido, las intervenciones en los patios y su frecuente cerramiento para mayor aprovechamiento del inmueble a rehabilitar, es la principal causa de problemas en las condiciones de confort tras la intervención, que suelen ser corregidos por medios de medidas improvisadas -no diseñadas desde el propio proyecto de rehabilitación- y que suelen ser no completamente eficaces además de generadoras de problemas secundarios, como estéticos, de ruidos o importantes consumos energéticos, entre otros.
La intervención en los patios como vacío aprovechable dentro del espacio edificado, sobre todo en el caso de cambio de uso, es una constante. Además de suponer un punto estratégico donde situar el ascensor, en aras de la mejora de la accesibilidad de los inmuebles, este espacio se convierte en un recurso ideal de cara a obtener un aumento de superficie útil en el edificio, produciendo un cambio sustancial en el modo en que se comporta el edificio a nivel funcional y sobre todo a nivel bioclimático.
Cuando se produce el cerramiento de estos espacios, normalmente se sigue la premisa de mantener la función de iluminar, con lo que el elemento que se emplea para su cierre suele ser transparente, o al menos translúcido, y sin embargo, el resto de funciones que cumplía el patio quedan olvidadas, con lo que su capacidad de renovación y acondicionamiento del aire se merman en gran medida o se pierden por completo. Esto se debe a que dicho cerramiento suele ser estanco o cuando posee una superficie de ventilación -al ser mucho menor que la original y con una diferente configuración- no es suficiente.
A este hecho se le suma que en la mayoría de los casos los patios contaban con abundante vegetación y/o elementos con agua -como fuentes o estanques- que, más allá de elementos decorativos, funcionaban como reguladores de la temperatura y la humedad. La cubrición de estos espacios viene acompañada -irremediablemente- con la eliminación de estos elementos que, al sumarse al efecto invernadero que genera una cubierta transparente, provoca el recalentamiento del espacio, la disminución de la humedad relativa del ambiente y problemas de renovación del aire.
A la hora de intervenir sobre un patio se hace necesario un estudio profundo de su funcionamiento desde punto de vista bioclimático -ya que no actúa sólo sobre las condiciones térmicas, sino que también tiene efectos lumínicos y acústicos, al tiempo que produce un alejamiento del exterior que logra mayor intimidad- a través de todos los aspectos que influyen en ese proceso, como orientación, proporción entre planta y altura, presencia de vegetación o agua, elementos de protección solar, etc. y compararlo con la situación modificada para poder prever los posibles efectos indeseado y ya desde el proyecto diseñar contramedidas adecuadas que los mitiguen o eliminen. En este caso, el nivel de ventilación siempre se reduce, por lo que normalmente serán necesarios sistemas de ventilación de apoyo -tales como chimeneas solares- además de elementos de sombra que eviten el sobrecalentamiento -como lonas o toldos-, entre otros.
En cualquier caso, todos los sistemas que se introduzcan como elementos correctores, han de ser -siempre que se pueda- sistemas de climatización natural o pasivos, evitando equipos mecánicos que sean consumidores de energía, que precisen de mantenimiento y que tengan una corta vida útil, provocando un sobrecoste económico y ambiental con la intervención, ya que en este caso estaríamos dando un paso atrás en la sostenibilidad del inmueble.
La definición de una metodología de intervención del patrimonio con criterio científico -desde un enfoque tanto técnico como histórico-cultural- es una necesidad patente a raíz de las numerosas actuaciones desafortunadas que se han sucedido a lo largo de los últimos años y una parte fundamental de dicho método tiene que responder al estudio del comportamiento bioclimático del bien a rehabilitar y el diseño de su correcto comportamiento tras la intervención.
Es por todo esto que el diseño bioclimático como estrategia fundamental en el proceso arquitectónico ha de ser implementado y reforzado en el estudio de las disciplinas asociadas al proceso constructivo y rehabilitador, como eje fundamental de su proceso.
Autor: Eduardo Martín del Toro, Dr. Arquitecto y Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática. CEO de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS.