La nueva factura de la luz
La nueva factura de la luz, ¿es la culpable de la subida del precio de la electricidad?; vamos a dar unas pautas en el siguiente artículo para que puedas valorarlo.
La nueva tarifa eléctrica que ha entrado en vigor y que vemos repetidamente en los medios de comunicación de estos días, reiterando que el precio de la electricidad se ha disparado, es una realidad.
Es importante destacar que siendo noticias distintas no relacionadas han coincidido en el tiempo, y confiamos aclarar en los siguientes párrafos. La nueva tarifa eléctrica que entró en vigor el día 1 de junio, fija tres precios distintos para la energía (medida en kWh), por lo que básicamente no se diferencia a lo que se aplicaba hasta dicha fecha, sin embargo, la facturación del término energía se divide ahora en tres periodos en vez de los dos que anteriores que se aplicaban a los consumidores, que normalmente habían optado por la tarifa con discriminación horaria según los usos de consumo en cada caso.
Hay un aspecto nuevo a tener en cuenta que es el precio en el término de potencia que es el coste fijo según la potencia contratada, que hasta el 1 de junio tenía un único valor y sin embargo a partir de la fecha indicada se puede elegir entre dos potencias distintas que es la que se aplica en las tres franjas, denominados: punta, llano y valle, siendo esta última la de coste más económico.
En términos de consumo, el nuevo método aplicable a la tarifa es más racional ya que fomenta y motiva un uso de la energía en las “horas valle” y por tanto una reducción del consumo en las “horas punta”, es decir, cuando la energía es más cara. Por tanto, lo que se pretende es ampliar el consumo de la energía cuando es más económica y minimizar el consumo en la franja más cara. El objetivo es aplanar la demanda de electricidad homogeneizando el consumo a lo largo del día, evitando una sobrecapacidad instalada para atender los momentos o puntas de máxima demanda.
Sin embargo, desde el punto de vista del consumidor debemos distinguir entre usuario final y negocios, ya que existen distintas obligaciones. En cuanto al usuario final, le obliga a un consumo en unas franjas horarias que habitualmente se destinan al descanso y por lo tanto si quiere no pagar de más en la factura, deberá modificar sus hábitos de consumo, si puede claro; sin embargo, en lo que respecta a los negocios (oficinas, cafeterías, peluquerías, etc.) tienen unas limitaciones horarias que les impiden un uso de las horas valle, ya que las actividades se desarrollan en horario punta. En este último caso, el encarecimiento de la factura tendrá una repercusión directa en el producto, tanto en su fabricación como en el precio unitario de venta, que se repercutirá en el consumidor final, que verá como paga un incremento destacable en determinados productos básicos en un momento económico muy delicado y de incertidumbre motivada por la pandemia, lo que hace que la combinación sea muy negativa y tenga un impacto directo en el bolsillo del consumidor. Es decir, desde este otro punto de vista, es irracional.
La introducción del nuevo sistema de facturación ha coincidido con un aumento del precio de la electricidad desde hace unos meses, que dejando de ser puntual ha crecido exponencialmente, lo que ha conllevado la percepción errónea de que la nueva tarifa es “culpable” del aumento del coste de la electricidad. En el año 2020 el precio de la electricidad había sido anormalmente bajo en comparación con años anteriores, por la reducción de la demanda energética durante el confinamiento y pandemia; no obstante, a final del año podremos hacer un mejor balance de la situación.
ASECENER considera fundamental que los edificios formen parte de la tendencia al consumo casi nulo de la edificación.
n Madrid a 25 de mayo de 2021.
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