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Las tenazas o pinzas de presión y las ventajas de su uso en la fontanería

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Las pinzas de presión, conocidas también como: pinzas vise-grip, llave de presión, pinzas de fuerzas, pinzas de cierre, alicate de presión, entre otros nombres coloquiales, fueron inventadas por William S. Petersen en el año 1924. Se ha convertido en una de las herramientas de fontanería más útil en varios campos. Hoy, nos concentramos en sus virtudes aplicadas a la fontanería, sus ventajas y utilidad.

Esta magnífica herramienta se fabrica en una aleación de metales que les permiten protegerse contra el óxido. Pero, su principal característica física es el diseño completamente ergonómico, de acabado liso que hace que su uso afecte lo mínimo posible los músculos y tendones de la mano.

Partes de las tenazas de presión

La tenaza de presión o alicate de presión, se compone de dos mordazas conectadas a un par de asas con un mecanismo en el medio. El asa superior posee un tornillo de ajuste y la inferior una palanca para liberar el agarre. Las principales variaciones de esta herramienta se concentran en el tamaño o la forma de las mordazas.

¿Cómo funcionan las tenazas de presión o pinzas de cierre?

El mecanismo interno de la tenaza de presión posee un resorte y un sistema de palancas el cual permite que al cerrar las mordazas sobre un elemento, estas entren en un bloqueo y lo sujeten firmemente por si solas. Sin embargo, las mordazas no se cerraran más allá de un punto determinado y es a través del torno de ajuste que se modifica ese punto.

Para usarla, se mide la pieza a la cual se le quiere aplicar la pinza. Luego, se modifica el torno de ajuste para cerrar las mordazas a un tamaño ligeramente más pequeño que el elemento. Entonces, se coloca la pinza con la mordaza abrazando al elemento en cuestión y se cierran las asas para que se active el mecanismo de bloqueo de la pinza. Una vez queramos sacarla simplemente se aprieta la palanca de liberación.

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¿Qué ventajas brindas las pinzas de presión?

  • Comodidad: la pinza de presión es extremadamente compacta y relativamente ligera lo cual, la vuelve sumamente fácil de cargar. Lo cual permite maniobrar en espacios angostos de maneras más efectivas.
  • Control: debido al principio de funcionamiento de su mecanismo, la potencia empleada está sumamente contralada, lo cual dificulta dañar el elemento con el cual se trabaje. Muy útil cuando se trabaja con elementos con una constitución más delicada de lo normal y se requiere de cuidado, como tubos de materiales maleables.
  • Fijación: Dada la forma de sus mordazas y al hecho de que estas están dentadas, posee un fuerte agarre altamente eficiente que permite trabajar con piezas con las que, normalmente, sería difícil mantener un buen agarre. Ideal para cuando se trabaja en un área expuesta a líquidos que dificultan el agarre de otras herramientas, como aceites, gasoil, etc.
  • Potencia: Estas poseen una mayor fuerza de palanca que la media de las pinzas, por lo cual, facilita los trabajos que requieren de más fuerza. Como las soldaduras químicas en las conexiones de tuberías provocadas por la humedad.
  • Agarre autónomo: una vez cerradas las mordazas sobre el elemento con el que se trabaje, mantendrá su agarre fijo por sí misma; hasta que sea jalada la palanca de liberación. Ideal para cuando en medio de un trabajo se tiene que maniobrar entre las piezas y las herramientas y se requiere tener las manos libres. Incluso, puede sustituir alguna manija dañada de manera provisional.

Por estas y más razones ésta es una pinza que deberías tener en tu caja de herramientas y a la mano sin falta, cuando necesites hacer un trabajo de fontanería.