La nutrición en nuestras mascotas
La alimentación de nuestras mascotas es uno de los pilares fundamentales que hará que nuestro mejor amigo goce de una buena salud, junto a sus vacunaciones pertinentes, desparasitaciones y demás cuidados veterinarios. Por ello es de suma importancia ser conscientes del papel que juega la alimentación en nuestros mejores amigos. Por este motivo, en Centro Veterinario Albayda hemos preparado un post con toda la información al respecto. ¡Continúa leyendo!
¿De qué dependen las necesidades alimenticias de perros y gatos?
Las necesidades nutricionales de los perros y gatos varían según la edad, el tamaño, la raza, estado fisiológico (gestación, lactación, esterilización), nivel de ejercicio, si existen patologías… Es importante tenerlas en cuenta para escoger un alimento adaptado y que garantice un estado de salud óptimo.
Fase de crecimiento
Los cachorros tienen requerimientos de alimentación especiales dado que se encuentran en fase de crecimiento. En esta etapa, la demanda de energía es muy elevada. Se trata de una fase muy importante para la salud futura del animal. En esta fase es muy relevante proporcionar piensos de cachorro, los cuales están formulados para cubrir esas necesidades. Estos piensos llevan leche maternizada y un elevado porcentaje de grasas, proteínas, hidratos de carbono, etc., que los hacen óptimos en esta etapa de la vida. Por eso jamás proporcionar a un cachorro pienso de adulto ya que le estaremos dando una menor proporción de esos nutrientes y ello puede llevar a un incorrecto desarrollo del cachorro y problemas futuros.
Etapa adulta
Una vez terminada la fase de crecimiento y cuando los cachorros alcanzan su peso adulto, sus necesidades también varían: la demanda de energía baja aproximadamente a la mitad, dependiendo lógicamente de su nivel de actividad, por lo que será necesario cambiar su alimento. Los perros adultos de razas grandes tienen, además, unas necesidades menores de calcio y fosforo. Sin embargo, necesitan un alimento rico en proteínas e hidratos de carbono y con niveles de grasa controladas para evitar una ganancia de peso excesivo, dado que son propensos a sufrir de problemas articulares. Por esta razón, necesitarán que su dieta contenga condroprotectores como la glucosamina y la condroitina, cuya misión es mantener unas articulaciones fuertes y sanas.
Los perros adultos de razas pequeñas tienen un metabolismo más rápido y por lo tanto necesitan, por lo general, mucha energía, es decir, una cantidad mayor de calorías por kilo de peso que un perro de raza grande. Su alimento debe de contener una fuente rica en proteínas animales, además de una fuente de hidratos de carbono para proporcionar energía.
Etapa senior
Los perros mayores, como ocurría con los cachorros, requieren una alimentación especialmente pensada para ellos, dado que por lo general comenzarán a sufrir problemas de salud acordes con su edad como: un sistema inmune más débil, menor capacidad de absorber los nutrientes en su dieta, articulaciones en peor estado y dificultad para comer. Su alimentación debe ser completa, con minerales quelados que les permitan absorber los nutrientes con mayor facilidad y antioxidantes que les aseguren un sistema inmune fuerte y sano. Por último, también habrá que tener en cuenta que la falta de piezas dentales o incluso el cansancio pueden hacer que les resulte difícil comer, por lo que es importante que la croqueta de su alimento tenga una forma y dureza que les permita masticar con facilidad.
Consejos de alimentación para felinos
Una gran diferencia de los felinos domésticos con los perros es el instinto de sed. El gato no tiene un gran instinto de buscar agua y beber, la razón es evidente si pensamos en su pasado cazador. La proporción de humedad en la carne cruda y fresca de las piezas de caza es de aproximadamente un setenta por ciento, de esta forma, un cazador conseguiría gran parte del agua necesaria a través de sus presas. El hecho de que un gato no consiga la humedad necesaria a partir de la dieta, es un factor de riesgo para padecer enfermedades relacionadas con el tracto urinario, cálculos y posiblemente problemas renales a largo plazo. Por ello hay que estimularles con el consumo de agua. Proporcionarles agua limpia y fresca a diario, usar recipientes metálicos o de cerámica, ya que los de plástico pueden dar mal sabor, recipientes anchos. Les suele atraer el agua que fluye, por lo que podemos abrir los grifos para hacerlos beber o bien utilizar las fuentes que hacen fluir el agua. Otra estrategia para incrementar la ingesta de agua en nuestros felinos es introducir en su dieta la alimentación húmeda. La alimentación húmeda es muy importante, ya que incrementaremos el volumen hídrico del animal consiguiendo una orina más diluida y así evitaremos problemas del tracto urinario (como cálculos, cistitis, etc).
Lo ideal es que los gatos coman a diario su ración de alimentación en seco combinada con su ración de alimentación húmeda. Siempre controlando las proporciones para evitar sobrealimentar a nuestro gato. Actualmente, disponemos en el mercado de un gran abanico de posibilidades en cuanto a alimentación húmeda se refiere (diferentes texturas y sabores): latas de paté, latas de paté con medallón gelatinoso, latas de estofado, sobrecitos que llevan trocitos de carne con gelatina, sopas…
Hay que ir probando qué presentaciones y qué sabores son las que más le gusta a nuestro minino. Por eso hay que acostumbrarlo desde bien pequeño porque una vez llegado a los 7 u 8 meses de edad si no ha probado la alimentación húmeda es muy complicado que ese gato le guste en su vida adulta.
Existen falsas creencias sobre la alimentación húmeda, tales como “no hace falta que mi gato coma húmedo si bebe agua”, o “mejor no le doy húmedo porque me va a engordar mucho”. Como decimos son falsas. Está demostrado que la alimentación húmeda no engorda más que la seca, al revés engorda menos por su alto contenido en agua. Esto es una gran ventaja y podemos usar este tipo de alimentación en gatos que tengan sobrepeso, ya que la alimentación húmeda aumenta el volumen de la ración sin aumentar el aporte de calorías, facilita la alimentación racionada y tiene un efecto saciante reduciendo la cantidad que el gato come voluntariamente.
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