La importancia de la iluminación en un proyecto de interiorismo
La iluminación es uno de los elementos fundamentales a tener en cuenta en el proceso de diseño de un espacio, sin embargo, en muchas ocasiones no se le presta la atención necesaria en el desarrollo del proyecto.
Una iluminación planificada hará que cualquier diseño mejore en todos los sentidos, gracias a ella, se pueden generar las sensaciones y el sentido a cada espacio. Por ejemplo, las fuentes de luz cálida suelen transmitir tranquilidad y comodidad, mientras que las luces de luz fría tienden a estimular.
Por lo tanto, es muy importante cuidar los detalles y los métodos de desarrollo, para que nuestro proyecto de interiorismo finalice con éxito. En este post te vamos a dar las claves para poder conseguir la iluminación de tus sueños en tu nuevo hogar,
Tipos de iluminación
Recurrir a distintos tipos de luminarias dentro de un mismo espacio, facilitará la adaptación del mismo a cualquier uso a lo largo del día. Debemos de tener en cuenta tres tipos de iluminación para conseguir un buen resultado:
- La iluminación general, que será la fuente de luz principal y la encargada de la funcionalidad del espacio.
- La iluminación puntual, se encargará de sectorizar los ambientes dentro de un mismo espacio, por ejemplo, la zona de la mesa o la zona del sofá, en un mismo salón. Por lo general, suelen ser también más vistosos o decorativos.
- La iluminación decorativa, está destinada a realzar objetos decorativos o detalles, como un cuadro o una figura decorativa.
Temperatura de la luminaria
El tipo de color que emite una fuente de luz se mide por su temperatura y, como hemos mencionado anteriormente, es fundamental estudiar previamente el uso que se va a hacer a cada estancia para definir los diferentes grados de color que se van aplicar:
- Ámbar o blanco muy cálido (de 1.500 a 2.900 ºK) suelen ser luces amarillas o anaranjadas, crean un estado de ánimo relajado e incita al descanso y suelen ir destinadas al dormitorio.
- Blánco Cálido (de 2.900 a 3.900 ºK) son luces levemente anaranjadas, como la mayoría de luces incandescentes, son ideales para lugares de esparcimiento y lectura.
- Blanco Neutro (de 3.900 a 5.500 ºK) es una luz blanca neutra y sin color aparente, por lo que mejora la productividad y realza los colores de los objetos, se suelen utilizar para las cocinas o los baños.
Las luminarias frías se suelen utilizar para restaurantes, oficinas, lugares de trabajo y zonas públicas, porque provoca actividad pero cansa en periodos prolongados de tiempo.
Puntos de luz
Una regla fundamental para un buen estudio de interiorismo a la hora crear la iluminación y es que, deben de existir al menos cinco puntos de luz en una estancia, para que esté correctamente iluminado y generar vitalidad.
Sin embargo, muchas veces puede ser complicado conseguirlos todos, por lo que se recomienda que existan al mínimo dos: una luz general y una fuente puntual acorde con la actividad a desarrollar en dicha habitación.
Orientación de las lámparas
Para conseguir los puntos de luz anteriormente nombrados, se pueden hacer una combinación de luminarias con la siguiente orientación:
- Hacia el techo: Para crear un ambiente más amplio o destacar la altura de los techos, se puede apuntar el haz de luz hacia arriba, lo que hará que rebote en la superficie y sea más difusa.
- Luz dirigida: Es una manera sencilla y elegante de que una parte de la habitación destaque más que el resto.
- Luces complementarías: Se colocan al lado de las luces dirigidas para erradicar el contraste de luces y sombras, sin restarle la fuerza que necesita dicha zona.
Por último, tanto la temperatura de la luminaria, como la cantidad de luz estudiada en función del tipo de iluminación, deben ir asociados. La mejor opción a la hora de iluminar es colocar lámparas y puntos de luz a distintos niveles, de esta forma se creará un tipo de iluminación más dinámico que formará parte de la propia decoración.