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La importancia de la estanqueidad en edificios para la eficiencia energética

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eficiencia energética

En la búsqueda de una mayor eficiencia energética en edificios, un aspecto fundamental que a menudo se pasa por alto es la estanqueidad.

La estanqueidad, o hermeticidad, de un edificio se refiere a la capacidad de su envolvente (paredes, techos, ventanas, etc.) para impedir la infiltración de aire no deseado.

A continuación, desde certificadosenergeticos.com, exploraremos en detalle por qué la estanqueidad es crucial para la eficiencia energética, cómo se puede mejorar y qué beneficios conlleva en la calificación energética de un edificio.

Qué es la estanqueidad y por qué es importante

La estanqueidad en edificios se refiere a la capacidad de evitar filtraciones de aire no controladas entre el interior y el exterior.

Estas infiltraciones pueden ocurrir a través de grietas, juntas mal selladas, puertas y ventanas mal ajustadas, y otras aberturas no intencionadas en la envolvente del edificio.

Es esencial para mantener un ambiente interior confortable y reducir la necesidad de calefacción y refrigeración, disminuyendo el consumo de energía y los costes asociados.

Además, la mejora de la estanqueidad contribuye significativamente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, apoyando así los objetivos ambientales y de sostenibilidad.

Cómo se mide la estanqueidad de un edificio

La estanqueidad de un edificio se mide generalmente mediante una prueba de presurización, comúnmente conocida como prueba Blower Door. Esta prueba consiste en:

  1. Se coloca un ventilador en una de las puertas exteriores del edificio, sellando el resto de las aberturas.
  2. El ventilador presuriza o despresuriza el edificio, generando una diferencia de presión entre el interior y el exterior.
  3. Se mide la cantidad de aire que se necesita para mantener esta diferencia de presión, lo que permite calcular la tasa de infiltración de aire en el edificio.

Los resultados de la prueba Blower Door proporcionan una indicación clara de la estanqueidad del edificio, expresada en términos de cambios de aire por hora (ACH), por sus siglas en inglés) a una presión estándar.

Métodos para mejorar la estanqueidad de un edificio

Existen varias estrategias y técnicas para mejorar la estanqueidad de un edificio:

  • Sellado de grietas y juntas: Utilizar selladores, espumas de poliuretano y cintas adhesivas especiales para cerrar las grietas y juntas en la envolvente del edificio.
  • Instalación de barreras de vapor y aire: Colocar membranas especiales que impidan la entrada y salida de aire a través de las paredes, techos y suelos.
  • Ventanas y puertas de alta calidad: Asegurarse de que las ventanas y puertas estén bien selladas y tengan un buen aislamiento.
  • Revisiones periódicas: Realizar inspecciones regulares para identificar y corregir cualquier nueva fuga de aire que pueda surgir con el tiempo.

Beneficios de una buena estanqueidad

La estanqueidad es un factor clave que se considera en los certificados energéticos, los cuales, evalúan eficiencia energética de un edificio y proporcionan una calificación basada en el consumo de energía y las emisiones de CO₂.

Mejorar la estanqueidad de un edificio puede mejorar significativamente su calificación energética, lo que no solo cumple con los requisitos legales, sino que también puede ser un factor diferenciador en un mercado inmobiliario cada vez más consciente de la sostenibilidad.

  • Eficiencia energética: Reduce significativamente la demanda de calefacción y refrigeración, lo que se traduce en un menor consumo de energía y menores costes operativos.
  • Confort interior: Mejora el confort térmico al eliminar corrientes de aire frío en invierno y caliente en verano, proporcionando una temperatura interior más estable.
  • Calidad del aire interior: Reduce la entrada de contaminantes, polvo, humedad y otros alérgenos desde el exterior, mejorando la calidad del aire interior.
  • Durabilidad del edificio: Minimiza el riesgo de daños estructurales causados por la entrada de humedad, como el moho y la degradación de materiales.
  • Valor de la propiedad: Los edificios con buena estanqueidad y eficiencia energética tienden a tener un mayor valor en el mercado inmobiliario.

En definitiva, invertir en la estanqueidad de los edificios no solo es una decisión inteligente desde el punto de vista económico, sino también una responsabilidad hacia el medio ambiente y el bienestar de los ocupantes.