Instalación de pararrayos
Los pararrayos son instrumentos, cuyo origen se remonta a 1753 gracias a Benjamín Franklin, cuyo objetivo es evitar que un rayo ionizado procedente del aire provoque daños en personas o edificios atrayendo la descarga hacia el suelo, evitando así que impacte directamente sobre ellos.
El rayo es una fuerte descarga natural de electricidad estática producida durante una tormenta que genera un pulso electromagnético. La descarga eléctrica precipitada de un rayo se acompaña de la emisión de luz (denominada rayo) provocada por el paso de la corriente eléctrica, que ioniza las moléculas de aire; y por el sonido del trueno, causado por la onda expansiva. La electricidad que fluye a través de la atmósfera calienta y expande rápidamente el aire, produciendo el característico sonido del trueno.
Los rayos pueden provocar diferentes efectos: térmicos, fisiológicos, electrodinámicos o electroquímicos, entre otros. Lo térmico y lo fisiológico son los más importantes. Los efectos térmicos se deben a la alta temperatura que llega al canal por donde fluye la corriente del rayo, dejando temperaturas de hasta 20.000 grados. Por otro lado, los efectos fisiológicos afectan a los seres vivos y se deben al estrés tras el impacto de un rayo en el suelo.
¿Para qué sirve un pararrayos?
Un pararrayos es un terminal aéreo que protege un edificio o estructura de posibles descargas directas de rayos. Debe instalarse siempre por encima de la parte más alta de la estructura a proteger y será la encargada de recoger y canalizar de forma segura la descarga del rayo.
Los pararrayos tienen un cuerpo metálico y una punta conectada por una red conductora a un sistema de puesta a tierra donde se disipa la descarga del rayo. Una instalación de pararrayos se compone de tres elementos: un electrodo captador, que es el pararrayos, una toma de tierra eléctrica y un cable para conducir la corriente del rayo.
El pararrayos se centra en la ionización del aire a partir de un campo eléctrico natural generado en el suelo por la tormenta para captar los rayos que pudieran caer en la zona a proteger.
Actualmente existen cuatro sistemas de protección homologados por normativa: el pararrayos Franklin, la jaula de Faraday, el pararrayos con dispositivo de arranque y los cables de guarda. El pararrayos PDC con dispositivo de arranque es el más utilizado, porque ofrece un mayor radio de protección y su instalación es más sencilla y económica.
Un pararrayos con dispositivo de encendido es un instrumento que incorpora un dispositivo de encendido (PDC), que puede ser o no electrónico, lo que asegura que el impacto del rayo será a mayor altura, aumentando el área de cobertura y facilitando la protección de grandes superficies.
Normativa de los pararrayos en España
Las instalaciones de pararrayos están reguladas en cada país por guías de recomendación o estándares. El Código Técnico de la Edificación (CTE) es un marco normativo de obligado cumplimiento en España que regula los requisitos básicos de calidad que deben cumplir los edificios en materia de seguridad y habitabilidad.
El reglamento incluye un apartado titulado \ 'Seguridad ante el riesgo provocado por la acción del rayo \', que indica la obligación de instalar dispositivos externos de protección contra el rayo, según el índice de riesgo de la instalación a proteger.
“Será necesario instalar un sistema de protección contra rayos, en los términos establecidos en el artículo 2, cuando la frecuencia esperada de impactos Ne sea mayor que el riesgo admisible Na”, indica la normativa.
“Los edificios en los que se manipulen sustancias tóxicas, radiactivas, altamente inflamables o explosivas y los edificios con una altura superior a 43 metros contarán siempre con sistemas de protección contra rayos con una eficiencia E mayor o igual a 0,98”, añade.
Por otro lado, la norma española UNE 21186 \ 'Protección de estructuras y edificios y espacios abiertos mediante pararrayos con dispositivos de iniciación \' indica las medidas a adoptar para diseñar un sistema eficaz de protección contra el rayo en estructuras. un dispositivo iniciador y establece las pautas para la realización del sistema de protección.
Según este reglamento, "entre las obras en las que será necesaria la instalación de un sistema de protección contra el rayo, podemos citar": edificios o espacios abiertos al uso público, edificios de gran altura y, en general, edificios de gran altura, edificios y almacenes en los que se manipulan y / o confinan materiales peligrosos, edificios que contienen equipos o documentos particularmente vulnerables o valiosos.
Protección contra sobretensiones
Las sobrecargas de energía son aumentos de voltaje que pueden aparecer en las líneas de distribución de energía y pueden causar, entre otras cosas, daños a los equipos conectados a la red. Las sobrecargas son causadas por descargas de rayos directas e indirectas, desconexión de cargas inductivas, conmutación de la red y fallas de la red.
Las sobretensiones son grandes picos de voltaje con una pendiente pronunciada y de corta duración, sin embargo, sus efectos en los equipos electrónicos son notables. Para una protección adecuada del equipo, se debe realizar un sistema de puesta a tierra de baja resistencia y conectarlo al sistema de protección externo.
La instalación de protección contra rayos externos y descargadores de sobretensiones reduce significativamente el riesgo de daños por rayos en estructuras, equipos y personas.