Cámaras termográficas
Es algo que está de moda. La importancia de controlar la temperatura corporal en vistas a la lucha contra la pandemia de la COVID-19 y la necesidad de no realizar contactos entre personas han puesto de moda este tipo de cámaras.
Gracias a las cámaras termográficas o térmicas se puede determinar la temperatura corporal de una persona sin que haya ningún tipo de contacto y desde una distancia de seguridad.
¿Qué es una cámara termográfica?
Una cámara termográfica, también denominada cámara térmica es una cámara que muestra en una pantalla una imagen de la radiación calorífica que es emitida por un cuerpo.
Si bien al principio este tipo de cámaras sólo se usaban en películas de Hollywood o el mundo bélico, el gran descenso es su coste y su gran desarrollo ha permitido que se utilicen cada vez para fines más diversos.
¿Cómo funciona una cámara termográfica?
Todos los cuerpos cuya temperatura se encuentra por encima del cero absoluto (-273ºC) emiten radiación infrarroja (calor). Cuanto más alta es la radiación que emite un cuerpo, mayor será su temperatura corporal.
Dicha radiación es invisible al ojo humano y su rango en el espectro electromagnético se encuentra situados entre la luz visible y la radiación de microondas. En concreto, la longitud de onda de los infrarrojos se sitúa entre las 0,7 y las 1000 micras. Dentro de este amplio margen, este tipo de cámaras trabajan en un rango conocido como el infrarrojo térmico, que es donde se encuentran las temperaturas más habituales en la superficie terrestre, entre las 8 y las 14 micras, que equivale aproximadamente entre los -20 y 350 ºC.
Este tipo de cámaras disponen de un sensor térmico denominado microbolómetro que, cuando recibe la radiación infrarroja, se calienta y cambia su resistencia a la electricidad. Dicho cambio en la resistencia es medida y equiparado a una determinada temperatura, siendo asignado un color para cada temperatura y formando una imagen coloreada que será la que veamos en pantalla.
Aplicaciones de la cámara termográfica
Poder detectar este tipo de radiaciones que no son visibles al ojo humano supone una ventaja importantísima en muchas situaciones y puede ayudar a la prevención de multitud de situaciones indeseadas.
La no uniformidad de temperaturas puede indicar algún fallo o punto crítico que puede tener varias aplicaciones en diferentes aspectos. Veamos algunas de las aplicaciones más importantes:
- Mantenimiento industrial: Con este tipo de cámaras se pueden detectar los puntos calientes en cuadros eléctricos, motores y máquinas de cualquier tipo. Dicha información puede ser crucial para evitar la interrupción de servicio o accidentes.
- Diseño, fabricación y mantenimiento de circuitos electrónicos: Identificación de puntos calientes en un circuito para detectar averías y problemas
- Localización de seres vivos: Permite el rescate de seres vivos en la oscuridad gracias a que detectan la temperatura corporal emitiendo imágenes que se ven en la oscuridad. Ésto se suele aprovechar en el mundo de las fuerzas de seguridad como la policía o los militares.
- Construcción y mantenimiento: Se pueden identificar los puntos en los que el aislamiento es deficiente, así como pérdidas en tuberías o conductos. Ésto permite que aumente la eficiencia energética debido a que se reducen las pérdidas de calor o frío.
- Química y derivados: Permite la verificación de recipientes a presión y del contenido de recipientes. Permiten, por ejemplo, saber la cantidad de gas que queda en un recipiente al que no se puede acceder con facilidad y seguridad.
- Circuitos de climatización: Identificación de pérdidas de frío o de calor.
- Prevención de incendios en la red eléctrica: Se pueden identificar rápidamente puntos de sobrecalentamiento para evitar fuego, cortocircuitos y peligros a las personas en redes de distribución eléctrica, instalaciones industriales o en suministros domésticos.
- Localización de fugas de agua: Gracias a estas cámaras podemos saber al instante dónde se está produciendo una pérdida de agua en un conducto o desagüe.