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Financiación para Reformas

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Reformas

Dependiendo de la magnitud de la reforma, esta puede generar unos gastos bastante elevados. Esto quiere decir que probablemente necesites tirar de tus ahorros o acudir a financiación externa.

Si estás pensando en dar un cambio a tu vivienda, debes saber cómo financiar la reforma.

Motivos más comunes de una reforma

  • Para realizar reparaciones: arreglar goteras, reparar daños en los tejados o los conductos de las cañerías son algunas de las reparaciones más habituales por la que se piden préstamos para reforma de vivienda.
  • Ampliaciones: conseguir un salón más grande anexionándolo a la terraza, abrir la cocina para tener más espacio o la habitación para la llegada de un nuevo miembro de la familia son las ampliaciones más comunes en nuestros hogares.
  • Mejorar la eficiencia energética: cada vez son más las personas que optan por poner placas solares en los tejados o cambiar las ventanas por unas de doble cristal. Con este tipo de modificaciones se consigue un ahorro mayor a nivel energético y es habitual que se soliciten créditos para reformas del hogar en este sentido.
  • Rehabilitación de edificios: en estos casos lo más habitual es que el gasto de dinero sea en forma de derrama de todos los propietarios y, por lo tanto, el tipo de préstamo reforma es distinto. Incluso se podría llegar a optar a subvenciones, de las que hablaremos más adelante.
  • Revalorizar la vivienda: lo que se pretende aquí es mejorarla para así poder venderla por un precio mayor o alquilarla por una mensualidad más elevada.

Maneras de financiar una reforma

  1. Ahorros: esta suele ser la primera opción que se baraja cuando pensamos en una reforma, pero es muy frecuente que no se tengan fondos suficientes, ya sea por gastos imprevistos, presupuesto mensual insuficiente o simplemente porque la reforma se hace necesaria antes de que de tiempo a ahorrar la cantidad suficiente.
  2. Minicréditos y tarjetas de crédito: estas opciones se suelen destinar a reformas de muy pequeña magnitud.
  3. Préstamos personales: con este producto no se suelen conseguir cantidades suficientemente elevadas como para cubrir todos los gastos de una reforma grande.
  4. Ampliación de hipoteca: también es muy frecuente, ya que de esta forma se puede acceder a una cantidad de dinero bastante mayor, al igual que los plazos de devolución. La garantía en este tipo de operaciones es doble: la vivienda del titular de la hipoteca y el conjunto de todos sus bienes presentes y futuros. Además, este tipo de operación (novación) acarrea una serie de gastos tributarios, registro, notaría y tasación oficial.
  5. Préstamos hipotecarios: de esta forma el único requisito indispensable a cumplir es aportar como garantía un inmueble sin hipoteca o con muy poca hipoteca pendiente. Esta es una buena opción si el banco te da la espalda y no quiere concederte un préstamo para la reforma.