Últimas novedades en el etiquetado energético de productos de iluminación
A partir del 1 de septiembre, los diferentes productos de iluminación y en particular las bombillas pasaron a clasificarse de una nueva forma que hay que tener muy en cuenta, desde la escala A (grado con más eficiencia) a la G. Las empresas especializadas en iluminación tuvieron que adaptar los etiquetados en los 14 días laborables desde el mismo 1 de Septiembre para adaptar las etiquetas de sus productos.
Este nuevo etiquetado energético cambia volviendo a la escala A-G, dado que en los últimos años las etiquetas A + y A + + habían causado cierta confusión entre los consumidores.
A partir de este momento, las luminarias más eficientes (que antes pertenecían a la clase A + +) quedarán ahora asignadas como mucho a la clase B, quedando el segmento A inicialmente desierto, con el objetivo de dejar espacio para los productos más eficientes que gradualmente vayan entrando en el mercado. ¿Será ésto otro motivo para confundir a los consumidores? Esperemos que no.
Una novedad importante es que las nuevas etiquetas incluirán varios elementos nuevos, entre ellos un código QR que enlaza con una base de datos de toda la Unión Europea que permite a los consumidores consultar más detalles sobre el producto.
Este etiquetado nuevo irá cambiando en función de cómo lo haga el mercado. Existirá una revisión cuando al llegar al 30 % de los productos con la clasificación máxima (A) del mercado comunitario, o si el 50 % quedé entre los valores A y B. ¿Tendrá una utilidad real este nuevo etiquetado? Lo veremos en los próximos meses. Esperemos que sí.
Los productos de iluminación son a día de hoy más eficientes que en los años de los que venidos, de esto no hay duda, de hecho, la mayoría de productos led, a día de hoy están en la clase A++.
El objetivo es claro, que el cliente sea capaz de ahorrar energía y dinero en sus facturas de electricidad al haber reconocido los productos más adecuados para ello con este etiquetado.
Se pone fin a la etiqueta energética específica que en el anterior reglamento se establecía siendo una importante diferencia a tener en cuenta.
Los productos luminarios llevan una o más fuentes luminosas de normal, pero si no se pueden desmontar para la verificación, se consideran como un conjunto llamado “fuente de luz” y en ese caso necesitarán obligatoriamente la etiqueta energética concreta.
Los llamados “productos continentes” estarán exentos de la misma, aunque tienen que llevar unas precisas instrucciones de montaje y desmontaje. Éstos productos incorporan fuentes de luz que sí necesitan la clasificación. En su embalaje deberá aparecer la frase “Esta luminaria incorpora una fuente de luz de clase X”
Está claro que a la hora de comprar y elaborar luminarias, el mercado ha evolucionado hacia la tecnología led de forma brutal los últimos años, que además multiplican su eficiencia y su vida útil.
Ahorro en todos los sentidos, en los bolsillos y para el medio ambiente.