Los vehículos eléctricos en 2020

Los vehículos eléctricos son una apuesta fértil para cambiar los hábitos de consumo en el planeta. Se trata de una alternativa sostenible y respetuosa con el medio ambiente que puede contribuir a estabilizar la presente crisis climática irreversible, generada por la sobreexplotación de combustibles contaminantes, como el butano o el propano. En este sentido, estos modelos ofrecen baterías recargables que sustituyen a los emisores de partículas contaminantes en el planeta.
La evolución de la tecnología busca la eficiencia energética no solo en los sistemas del hogar, sino también en el sector de la automoción. La reducción de gases que afectan de manera negativa al Co2 pretende es una propuesta europea y mundial que se encuentra en la agenda de las autoridades españolas en forma de competencia. El Gobierno dispone en la actualidad de una vicepresidencia que se encarga de gestionar los planes de sostenibilidad y desarrollo a través de la energía renovable y de recursos naturales, como es el caso del Sol, el agua y el viento.
Cada vez son más las empresas del automóvil que fabrican sus vehículos eléctricos, en un intento por sumarse a la responsabilidad medioambiental. De hecho, la demanda en los últimos ha crecido y la tendencia en este 2020 se mantiene al alza. Por esta razón se considera que este año puede significar el cambio que se precisa para popularizar su extensión, según los analistas expertos del sector. Se estima, por ende, que las matriculaciones van a aumentar un 14 % en este periodo.
La entrada en vigor de la nueva normativa establecida por la Unión Europea puede sostener esta premisa de que el 2020 será el año del boom en el sector de los vehículos eléctricos. El objetivo es aumentar la demanda entre los consumidores. Por ello, se ha establecido una penalización a los fabricantes en el caso de que se construyan coches que tengan un promedio de emisión de 95 gramos por kilómetro (g/km) de dióxido de carbono. Esta multa será de 95 euros cada gramo por encima de la ley que se pase y multiplicado por la cantidad de vehículos que se hayan manufacturado.
Otra de las soluciones que se ha propuesto para paliar los efectos de la contaminación en los materiales que se emplean para la fabricación de vehículos eléctricos supone en las baterías, cuya composición ha cambiado a ion litio, el mismo que se emplea para los teléfonos móviles. Se trata de una solución eficiente que evitaría el uso del plástico y que, por otro lado, partiría su reutilización.
La flota de vehículos eléctricos, así, cumple con las normativas de circulación y no se tiene que someter a las regulaciones de los países, puesto que en épocas del año en las que se concentran mucha contaminación, se han empezado a tomar medidas de reducción al tráfico que afecta a todos aquellos automóviles que no tiene la etiquet ECO.
Sin embargo, una de las bazas con las que se encuentran los vehículos eléctricos a día de hoy corresponde a la falta de estaciones de recarga. Las gasolineras actuales apenas disponen de este servicio, que suele instalarse en parkings privados para uso individual. Este inconveniente podría estar frenando la compra y la expansión de vehículos eléctricos en el presente.
La recarga de vehículos es el motor por el que estos coches funcionan, por lo que sería necesario contemplar la instalación de terminales o puntos de recarga en gasolineras o estaciones de servicio con el objetivo de que un viajero, por ejemplo, no se quede tirado en medio de la carretera sin poder conducir porque se ha quedado sin combustible.