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Control dinámico de potencia para cargadores de vehículos eléctricos

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En la actualidad cada vez está más de moda la incorporación de sistemas de control dinámico de potencia en los cargadores de vehículos eléctricos. Esta tecnología supone la incorporación de un sensor que controla la potencia requerida por el cargador, dándonos la tranquilidad de no preocuparnos por la carga.

Pero, ¿qué es un control dinámico de potencia?

Hay que tener en cuenta que, más allá del hecho de que un cargador Wallbox puede requerir de más o menos potencia para la carga de un vehículo eléctrico, nuestra vivienda tiene una potencia contratada que es la que podremos usar. Si nos pasamos de esa potencia, el Interruptor de Control de Potencia salta y nos quedamos sin suministro. Estar cocinando o con la lavadora y que el hecho de cargar el vehículo eléctrico haga que salten los plomos puede resultar, siendo sinceros, un coñazo.

Gracias a un controlador dinámico de potencia, el cargador se autorregula para nunca sobrepasar la potencia contratada, evitando que salte el ICP. Es decir, podemos determinar que nuestro coche se cargue cuando haya, por ejemplo, 1,8 kilovatios de potencia. Podemos estar usando los diferentes aparatos de nuestra vivienda y cargando el coche y, cuando la carga del coche vaya a hacer que se sobrepase la potencia, se dejará de cargar, hasta que vuelva a haber potencia disponible.

Este sistema funciona mediante un sensor que regula la carga eléctrica que es transmitida a la batería.

Ventajas de un controlador dinámico de potencia

Si bien la principal ventaja de este cargador es que no salte el ICP y no tengamos que estar pendientes de encender o apagar las diferentes aparatos para poder cargar nuestro vehículo eléctrico, lo cierto es que también sirve para ahorrar en el gasto de electricidad y, sobre todo, evitar tener que realizar una subida de potencia.

En ocasiones, la potencia requerida por un cargador hay que “sumársela” a la potencia que tenemos contratada. Subir la potencia tiene un coste inicial (unos cincuenta euros el kilovatio que subamos) y, además, cuanta más potencia tengamos contratada, más alto será el término fijo de la potencia y, por tanto, más alta será nuestra factura de electricidad. Si, pongamos, nuestro cargador requiere de 1,8 kilovatios y esto se lo tenemos que sumar a lo contratado (pongamos 3,45 kilovatios) deberemos pagar unos 100 euros de la subida más luego ese incremento de potencia durante las facturas eléctricas. Mediante un controlador de potencia no necesitamos sumar esa potencia, sino que la “sacaremos” de la que tenemos contratada.

Por otro lado, este sistema de control también evita riesgos de caídas de tensión y contribuye al cuidado de nuestras baterías, limitando el máximo de potencia del cargador.