La rentabilidad del autoconsumo fotovoltaico en empresas
No hay duda alguna de que el nacimiento del autoconsumo fotovoltaico entendido como producción de electricidad para consumo propio, como alternativa renovable para sustituir una parte importante del consumo directo de electricidad de red, ha supuesto toda una revolución en el entorno de los consumidores con el objetivo de reducir sus costes eléctricos y luchar contra el cambio climático. La sostenibilidad del medio ambiente e independencia energética derivados del empleo de recursos renovables representan un valor adicional valorado por el consumidor al que se añade al ahorro económico derivado en las facturas eléctricas de cada mes. Ya sea para uso doméstico como para empresas su rentabilidad ofrece además, una variedad de ventajas que benefician a toda la población mundial.
Las autoridades europeas han establecido la Directiva 20-20-20, en un intento por sensibilizarse con la causa medioambiental. Los países pertenecientes a esta organización han decretado una serie de objetivos ambiciosos a cumplir para este 2020, que consisten en:
- Reducir en un 20% la emisión de los gases de efecto invernadero en el ambiente.
- Impulsar en un 20% los sistemas de energía renovable, es decir, de autoconsumo.
- Ahorrar en el consumo energético en un 20% en los hogares.
El ahorro energético en una empresa que apuesta por el autoconsumo es evidente desde el primer día debido a la seguridad, longevidad y fiabilidad de una solución técnica muy madura. En este sentido, en este artículo se exponen una serie de motivos por los que el autoconsumo fotovoltaico resulta una solución rentable y atractiva para cualquier consumidor particular o empresa:
En primer lugar, cabe destacar que los sistemas de autoconsumo fotovoltaico disminuyen el precio medio del kWh en el mercado eléctrico pues la demanda eléctrica total está fuertemente relacionada con el precio de la electricidad que marca el mercado. De esta forma, conforme la producción propia de electricidad junto al punto de consumo, llamada generación distribuida, va aumentando por la instalación de este tipo de soluciones, la demanda de electricidad directa de la red se reduce por lo que el precio también lo hace favoreciendo indirectamente a todos los consumidores. Además, el precio de estas instalaciones por unidad de potencia instalada (€/W) se ha ido reduciendo sensiblemente en el tiempo de manera progresiva permitiendo que familias con ingresos medios puedan acceder a este tipo de soluciones ecológicas y con ello sumarse a la sostenibilidad medioambiental. Por lo tanto, el coste original, por encima de lo habitual hace unos años, se ha ido asentando de manera paulatina.
A este factor, se une el que la electricidad autoproducida se extrae de fuentes de energía renovables aprovechando recursos ilimitados y gratuitos que proceden de la propia naturaleza, consiguiendo además con ello un ahorro en factura eléctrica que puede llegar a ser hasta del 40%, de tal modo que se recupera la inversión a medio plazo (5-7 años). Además, el autoconsumo fotovoltaico garantiza a los usuarios una progresiva independencia energética, al generar una parte importante de la demanda eléctrica de los mismos.
La vida media de este tipo de instalaciones es de 30 años requiriendo un mantenimiento profesional mínimo y tratándose de una instalación cómoda de gestionar y muy segura. No obstante, se recomienda verificar mes a mes la producción eléctrica de la planta para garantizar que se siguen rentabilizando los recursos invertidos.
La consultora de eficiencia energética Sernoven, también enfocada al autoconsumo fotovoltaico, indica que estas instalaciones a nivel empresarial mejoran sustancialmente la imagen de la empresa hacia una proyección más moderna y con visión de futuro, proyectando al mercado unos valores que son recogidos de manera muy positiva ya no solo por los clientes de dichas empresas, sino por la propia competencia. Esto se debe al aporte ecológico que se realiza al optar por este tipo de soluciones.
Con el objeto de promover y facilitar este tipo de soluciones ecológicas todas las Comunidades Autónomas destinan parte de sus presupuestos anuales a subvencionar instalaciones de autoconsumo, con el objetivo de cumplir con el plan de la Unión Europea. Estas ayudas pueden ir desde un 30-40% de la inversión a fondo perdido hasta préstamos del 100% de la inversión a coste cero.