El decálogo del consumo responsable de energía
La Organización Mundial de las Naciones Unidas reúne, desde el año 1988, a un grupo de expertos bajo el denominado Panel Integubernamental del Cambio Climático, responsable de examinar las consecuencias e impacto medioambiental. Las conclusiones de su última revisión presentada recientemente son alarmantes y Naciones Unidas advierte que los daños causados a consecuencia del cambio climático son ya irreversibles.
La revisión anterior, que tuvo lugar en el año 2014, dio como fruto el Acuerdo de París (2015) que fijaba medidas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero que, según este último informe del Panel de la ONU, los países están incumpliendo generalizadamente. La acción humana es la responsable directa en el cambio climático, en particular, desde la Revolución Industrial como punto de inflexión con el incremento de emisiones y la alta concentración de CO₂ sin precedentes, alterando el equilibrio de los gases de efecto invernadero.
La lucha contra el cambio climático para intentar contener sus catastróficas consecuencias es ya una carrera a contrarreloj en la que es inaplazable adoptar medidas drásticas urgentemente para que los daños no sean más graves aún. La reducción de combustibles fósiles es una necesidad imperiosa y, para ello, la mejor alternativa es la transición a energías renovables.
En nuestra esfera personal hay un amplio margen de actuación para contribuir a mitigar el cambio climático y sin una transformación individual que asuma generalizadamente la conciencia climática, perderemos la batalla más importante de la historia.
¿Qué está en tus manos para lograr un consumo responsable y sostenible?
Introducir un cambio en los hábitos diarios para conseguir un consumo más responsable es mucho más fácil de lo que en un principio cabe suponer. El punto de partida es siempre contar con información útil y veraz que nos permita chequear el impacto de nuestro propio comportamiento para adoptar las medidas más efectivas y convertirnos en el vector de cambio contribuyendo a concienciar a nuestro entorno de que lograr la sostenibilidad es imprescindible y fácil teniendo en cuenta las acciones de este sencillo Decálogo del Consumo Responsable:
1. Convierte tu casa en un hogar sostenible
Revisar el estado de aislamiento térmico de la vivienda y mejorarlo no requiere de grandes inversiones ni obras de rehabilitación, salvo que hay un grave deterioro que haga necesario reemplazar algunos elementos. Actualmente, una de las mejores alternativas es apostar por las soluciones domóticas que favorecen el control de los principales elementos de habitabilidad y que salen muy rentables en términos de seguridad, confort y ahorro energético.
2. Climatización más limpia e inteligente
La adecuada regulación de la temperatura, tanto en la calefacción como en el aire acondicionado, combinada con el correcto aislamiento térmico anteriormente indicado, es clave para reducir uno de los principales consumos domésticos de energía. También se puede ahorrar instalando equipos más limpios, como los basados en aerotermia que sólo necesitan un 20 % de electricidad para estar en pleno rendimiento y que también sirven para disponer de agua caliente sanitaria (ACS). Para mejorar el control de equipos se pueden instalar igualmente termostatos.
3. Apuesta por la iluminación LED y el Smart lighting
Exprime al máximo la luz natural y para la iluminación nocturna pásate a la iluminación de bajo consumo. Los sistemas de control inteligente de iluminación, como sensores y temporizadores, permiten dar un paso más en el ahorro de energía.
4. Compra electrodomésticos de máxima eficiencia
A la hora de cambiar los electrodomésticos no hay que pensar lo que vamos a ahorrar en el precio de compra sino en la energía que el aparato va a consumir durante su vida útil y, sin duda, elegir un electrodoméstico de bajo consumo con la máxima etiqueta eficiente es siempre la solución correcta.
5. Reduce el consumo inútil
Pequeños gestos repetidos muchas veces terminan teniendo grandes consecuencias. Acciones tan simples como desconectar los cargadores de los dispositivos móviles o apagar completamente el ordenador o la TV cuando no los estemos usando, en lugar de dejarlos en stand by genera a lo largo del año un importante ahorro de luz.
6. Cambia a una energía de origen renovable
La amplitud de ofertas de luz en el mercado libre puede complicar la decisión de contratar la mejor opción. Sin embargo, cambiar de tarifa es un trámite sencillo y normalmente gratuito que merece la pena. Además de elegir una tarifa que se adapte a los horarios y hábitos de consumo, se debe optar por una energía limpia, certificada renovable por la CNMC.
7. Mejor aún: Da la bienvenida al autoconsumo
Las ventajas del autoconsumo y sus constantes mejoras tecnológicas siguen superando cualquier otra opción, no sólo por el uso de energía renovable, sino por la reducción del transporte energético y la independencia que proporciona de fuentes externas de suministro.
8. Apoya la economía circular
El consumo responsable también requiere de nuestro apoyo a las iniciativas de economía circular, a consumir más productos locales y de temporada y, desde luego, seguir la regla de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar.
9. Explota las alternativas de movilidad menos contaminantes
La forma en la que nos desplazamos es uno de los factores con más impacto en la contaminación de las ciudades, pero también con más alternativas a nuestro alcance. Para cubrir grandes distancias la red de transporte público es una de las opciones junto a cualquier otro medio no motorizado, como el patinete eléctrico o la bicicleta; en éste caso, es recomendable buscar en un comparador de seguros alguna póliza específica para cubrir cualquier riesgo en tus desplazamientos. Y para distancias cortas y medias, nada más sostenible ni saludable que caminar.
10. El “plan renove” de movilidad eléctrica
El mercado de la movilidad eléctrica es cada vez más competitivo y variado con precios más asequibles y una red amplia de puntos de recarga. Si aún no tienes pensado cambiar de vehículo siempre puedes seguir las recomendaciones de una conducción eficiente evitando cambios bruscos de velocidad, usando las marchas más largas, controlando la presión de los neumáticos y distribuyendo equilibradamente la carga en el interior, además de compartir coche siempre que puedas.
Todas las personas debemos estar involucradas y comprometidas para reducir los daños del cambio climático y sólo si modificamos un poco nuestros hábitos lograremos contener los peligrosos efectos adversos del calentamiento global.