¿Cuándo debe someterse una empresa a una auditoría?
Una auditoría contable consiste en la revisión sistemática de la contabilidad de una empresa. Su fin es acreditar que las cuentas anuales reflejan la imagen fiel de la sociedad y que la contabilidad está libre de errores.
Las auditorías pueden ser realizadas por agentes externos o internos. Si se trata de un auditor interno, se busca garantizar la calidad de la información contable para evitar errores en la toma de decisiones, o evitar posibles contingencias con la Agencia Tributaria. Por otro lado, un auditor externo puede realizar esa misma acción o bien ser contratado por imperativo legal, ya que determinadas empresas están obligadas a someterse a auditorías externas por un auditor independiente.
Las auditorías más habituales son las que se realizan obligatoriamente. En ellas, el auditor, tras la revisión de la contabilidad y de las cuentas anuales de la sociedad, emite un informe de auditoría. La principal finalidad de este informe es garantizar a los usuarios externos de las cuentas anuales que estas representan la imagen fiel de la sociedad.
¿Quién puede firmar el informe de auditoría?
El informe de auditoría lo tiene que firmar un experto independiente, que se encuentre inscrito en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC) del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC).
Para poder inscribirse en el ROAC se debe poseer una titulación universitaria además de que se deben pasar unas pruebas teóricas y prácticas sobre contabilidad, economía y algunas ramas del derecho. Además, se tiene que certificar que se posee experiencia profesional en una firma o despacho de auditoría por un periodo mínimo de tres años.
En el Real Decreto 2/2021, de 12 de enero, en el que se aprobó el Reglamento que desarrolla la ley 22/2015, de auditoría de cuentas, se detallan las condiciones, requisitos y formalidades que deben cumplir los profesionales de la auditoría.
Entre los principales objetivos de este Real Decreto, se encuentran:
- Después de varios escándalos por parte de algunas empresas auditoras, estas difamaron las cuentas, aumentando así la confianza en la auditoría de las cuentas.
- Mejorar la credibilidad de los informes de auditoría y mejore la confiabilidad de la información financiera en la que confían las auditorías y terceros.
- Aumentar la transparencia en la actuación de los auditores.
- Garantizar aún más su independencia.
¿Cuándo está una empresa obligada a realizar una auditoría contable?
Generalmente, cuando una empresa cumple las siguientes dos condiciones durante dos años consecutivos, debe realizar una auditoría financiera:
- Facturación de más de 5,7 millones de euros.
- Total de activos de más de 2,8 millones de euros.
- Media de más de 50 trabajadores durante el ejercicio.
Si se superan los dos límites siguientes durante dos años consecutivos, la auditoría de las cuentas anuales consolidadas también es obligatoria:
- Facturación de más de 22,8 millones de euros.
- Total de activos de más de 11,4 millones de euros.
- Media de más de 250 trabajadores durante el ejercicio.
Otros motivos para realizar una auditoría
Además de tener que cumplir con los parámetros especificados en la normativa empresarial (obligación de realizar auditorías contables), existen otras razones que pueden hacer que las empresas auditen sus cuentas.
De manera voluntaria
Buscando la transparencia y fiabilidad para la mejora de la imagen de la empresa frente a terceros, bien sean entidades de crédito, proveedores o clientes.
Realización de ciertas operaciones societarias
Se realiza cuando se van a llevar a cabo algunas societarias, tales como fusiones, escisiones, etc.
Por instancia de uno de los socios
En aquellas sociedades anónimas o limitadas que no deban realizar una auditoría de manera legal, los socios que tengan una participación superior al 5% pueden solicitar, al registro mercantil de su provincia, la realización de una auditoría. Con ello lograrán máxima transparencia y fiabilidad sobre su inversión.
Para obtener determinadas subvenciones
Cuando una sociedad reciba una subvención y ésta tenga establecida en sus bases la obligatoriedad de pasar una auditoría contable. Lo mismo ocurre con las empresas que reciban subvenciones o ayudas de más de 600.000 euros en total, ya sea de la Administración Pública o de fondos de la Unión Europea.