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Consejos para reducir la huella de carbono

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huella de carbono

Ya muchos de nosotros conocemos la amenaza que representa el cambio climático para el planeta y la humanidad. Cada uno de nosotros debemos tomar acciones que reduzcan la crisis climática. Una de ellas es reducir la huella de carbono, y aquí te daremos algunos consejos para ello.

En un nivel micro, las personas también pueden desempeñar un papel importante en este esfuerzo global. Existen opciones simples que todos podemos tomar en nuestra vida cotidiana, que pueden reducir el impacto en el medio ambiente.

Consejos para reducir la huella de carbono

La huella de carbono es la cantidad de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, que son generados por nuestras acciones y actividades.

Debes incluir las emisiones directas e indirectas de estas actividades. Muchas actividades diarias provocan estas emisiones, como quemar gasolina cuando conducimos, quemar gas para calentar el hogar o usar electricidad generada a partir de combustibles fósiles. Todas estas son actividades de emisión directa.

Sin embargo, también existen actividades de emisión indirecta como, por ejemplo, beber una lata de refresco. Aunque directamente no emites gases invernadero al momento de usarlo, si se emiten muchos gases de efecto invernadero en su proceso productivo: recoger las materias primas, fabricar el envase, distribuir el producto…

Estas actividades de emisión indirecta son más difíciles de calcular, por ello, para este artículo, nos quedaremos con lo que puedes hacer tú directamente con tus actividades, para reducir la huella de carbono:

1. Evita los alimentos procesados

Mientras mayor sea el procesamiento al que se somete un producto, mayor energía se gasta en él. El envasado, la refrigeración y el proceso de producción en sí implican gasto de energía que, por lo general, es de combustibles fósiles.

2. Utiliza productos Reutilizables

La cultura de usar y tirar se ha impuesto en los últimos años. Una vez más la comodidad del consumidor se ha impuesto en los procesos productivos. Botellas de agua de un solo uso, envases de cristal que se desechan después de consumir su contenido… Aunque el sentido común se ha impuesto y la gran mayoría de los envases ya son reciclables, el proceso de reciclado consume energía y esta energía deja su huella de carbono en la tierra.

Por este motivo, cada vez que reutilizas un envase reutilizable, estás evitando la huella que produce la fabricación de este, así como su posible reciclado. Un ejemplo claro son las botellas reutilizables de acero inoxidable, cada vez que la rellenas estás evitando la huella de la fabricación de una botella de plástico.

3. Utiliza el comercio local y de proximidad

El comercio electrónico ha revolucionado el consumo en los últimos años, la comodidad de recibir la compra en casa no tiene rival, y con la pandemia su uso se ha disparado. Además, es una opción irrenunciable para domicilios remotos donde no se dispone de comercios próximos.

Sin embargo, su impacto medioambiental es enorme. Diariamente se generan millones de envíos individuales, que deben empaquetarse y transportarse a cientos de miles de domicilios.

Si le das prioridad a alimentos frescos de tu localidad, ahorras en los gastos de energía en refrigeración y transporte de los productos foráneos.

Toma como ejemplo, todo el gasto de energía necesario para llevar una fruta de un país a otro, pudiendo comprarla al productor local. Incluso en muchos casos encontrarás grandes diferencias de precio a favor.

Al comprar en la tienda de tu barrio, colaboras en un transporte de mercancías más eficiente. Por este motivo, realizar la compra en los comercios de proximidad, además mantener el tejido productivo local, ayuda a reducir la huella de carbono.

4. Reduce el consumo de electricidad

En la actualidad, existen productos que tienden a ser más eficientes en el consumo de energía. Los electrodomésticos, por ejemplo, tienen etiquetas de eficiencia energética para identificarlos.

A mejor eficiencia, menor el consumo, ofreciendo las mismas características. Aunque estos productos son un poco más costosos, la realidad es que esta diferencia en dinero es recuperable a mediano plazo, con los ahorros de energía que puedes aprovechar.

Baja el termostato en invierno y súbelo en verano. Esto, además de ahorrar energía, te ayudará en tus facturas.

Usa Dispensadores de agua potable, para que evites abrir el refrigerador tan seguido. Así, el refrigerador trabajará menos para mantener la temperatura interna.

Apaga las luces cuando no estés en la habitación y desconecta los dispositivos electrónicos cuando no estén en uso. Reemplaza la iluminación incandescente por tecnología LED.

5. Reduce el consumo de moda rápida

Evita comprar en marcas de moda rápida. Esta es la tendencia actual, ya que el precio es bajo, pero la durabilidad es muy baja. Esto a largo plazo implica mayores gastos de energía.

La industria de la moda produce alrededor del 10% de las emisiones globales de carbono. Estas prendas modernas y baratas tienen un impacto ambiental durante la fabricación, el transporte y, además, se desechan rápidamente y llenan los vertederos.