Conoce el mercado eléctrico para asesorar a tus clientes
Hace unos meses que el mercado eléctrico y los valores del kWh son portada de los telediarios y de los periódicos y siempre se coincide en que la culpa es del diseño del mercado eléctrico, de los beneficios caídos del cielo, y del precio del gas entre otros motivos, aunque realmente hay un gran desconocimiento del funcionamiento de ese mismo mercado incluso dentro del sector, imaginemos entonces cómo será el de nuestros clientes.
Corría el año 1998 cuando se inició la liberalización del sector eléctrico. En aquellos días se cambió el sector completamente y se reestructuró, partiendo del oligopolio, en el que unos pocos actores controlaban todas las actividades del mercado de una forma relativamente opaca, hasta llegar a un mercado estructurado en cuatro actividades principalmente. Dos de ellas completamente liberalizadas —generación y comercialización— y otras dos que siguen estando reguladas —transporte y distribución—.
Pero ¿qué significa esa liberalización y la parte regulada?
La liberalización de la generación y la comercialización abrió la puerta a que diferentes empresas accedan al mercado después de obtener una autorización administrativa. Vamos a ver los diferentes actores, sus características y su rol participativo en dicho mercado.
1. Productores de energía (ML, Mercado Liberalizado).
Todas aquellas empresas cuyo principal negocio es producir la energía de cualquiera de las formas conocidas, hidráulica, fotovoltaica, eólica, nuclear, gas, etc. Y venderla, bien en el mercado o a comercializadoras através de acuerdos bilaterales para conseguir los ingresos derivados de su actividad económica. Tienen la libertad de producir cuanta energía sean capaces —dentro de las restricciones técnicas— y de ofrecerla al mercado o en acuerdos bilaterales a comercializadoras.
2. Empresas de transporte de energía (MR, Mercado Regulado).
En España, por legislación, el transporte de energía eléctrica lo gestiona REE (Red Eléctrica de España) que es la propietaria de todas las infraestructuras que posibilitan el transporte de la electricidad en alta tensión y a grandes distancias, desde las centrales de producción hasta las subestaciones cercanas al punto de consumo. REE compró escalonadamente y de forma forzada todos los activos de transporte de las empresas del oligopolio previo a la liberalización, es por ello que todavía podemos ver los logotipos en algunas torres de alta tensión de las diferentes empresas.
“El mercado eléctrico está dividido en cuatro actividades. Dos de ellas completamente liberalizadas —generación y comercialización— y otras dos que siguen estando reguladas—transporte y distribución—”
3. Empresas de distribución local (MR).
La distribución de energía eléctrica se entiende en España como un oligopolio natural, o monopolio por zonas. Se encargan de distribuir la energía desde las subestaciones hasta los puntos de consumo, así como de realizar las mediciones de ese consumo en los puntos de suministro. Las distribuidoras son las encargadas de ofrecer el suministro a los clientes y de garantizar la calidad del mismo. Por todas estas tareas, que están reguladas, reciben unos ingresos fijados por el Gobierno y la CNMC, son los conocidos como costes de distribución, y se corresponden a una parte de las tarifas de acceso o peajes. Históricamente, el mercado está repartido entre las distribuidoras de los grandes grupos, que copan más del 90 % del mercado.
4. Las comercializadoras de mercado libre (ML) y las comercializadoras de referencia (MR).
Hay dos tipos de comercializadoras. Las de mercado libre, que son aquellas empresas que comercializan la energía a precios ofertados o pactados con los clientes y tienen que competir entre ellas para conseguir los contratos. Por otro lado, están las comercializadoras de referencia, que tienen un precio regulado y fijado por el Gobierno, que se conoce como PVPC, Precio Voluntario al Pequeño Consumidor.
Todos estos actores componen el mercado eléctrico y sus complejidades. Para regular los detalles de casación de oferta y demanda del mercado y los aspectos técnicos está el OMIE, Operador del Mercado Ibérico de Energía – Polo Español, que es el gestor de los mercados eléctricos diarios e intradiarios. Ya que la producción de energía eléctrica no se puede acumular, se debe conseguir casar la producción con la demanda. Es por ello que el operador presenta la curva de consumo previsto, y obtiene la oferta de los productores por horas para fijar la casación de oferta-demanda por horas y por zonas de precio. Una vez fijado éste, se comunicará al operador del sistema para ver si la solución es viable desde un punto de vista técnico y físico (que la generación no esté a demasiada distancia del punto de consumo, haya capacidad suficiente en la zona, etc.)
La casación de precios tiene un funcionamiento marginal, eso significa que los precios del conjunto se fijan en función del último precio que se casa en el mercado. Hay algunas tecnologías que tienen preferencia de entrada (nucleares, renovables, etc.) y otras funcionan como apoyo rápido y reciben contraprestaciones por el mero hecho de estar disponibles para entrar rápidamente en el mercado y ayudar a ajustar la demanda a la producción, como es el caso de los ciclos combinados de gas.
A todo esto, la electricidad se considera también un activo sobre el que se puede actuar en otros mercados, los mercados de futuros, que son los contratos de compra-venta de electricidad en una fecha futura, pactando las condiciones en el presente, la cantidad que se intercambia y el precio al que se realizará la operación. La intención de los mercados de futuros es proteger a los productores de la volatilidad de los precios que pueden no hacer atractiva la producción del activo, en este caso electricidad.
¿Qué ha pasado en el mercado recientemente?
Con todos estos datos podemos entender un poco mejor lo que ha pasado recientemente en el mercado eléctrico y los precios que se han estado fijando.
La potencia instalada en España superaba ampliamente a finales de 2020 los 110 GW, mientras que el consumo de energía en el momento de máxima demanda registrada superó los 45,4 GW. El problema es que no todas las energías producen cuando se necesitan y el gas natural ha ido tomando posiciones, hasta llegar a ser la segunda energía por potencia instalada. En cuanto a generación queda detrás de la eólica durante casi todo el día y es la tercera cuando la producción fotovoltaica alcanza su máximo.
La energía producida en las centrales de ciclo combinado, que entran rápido en producción cuando el sistema las necesita para cubrir la demanda, suelen ser las más caras. Si a eso le sumamos que el precio del gas no ha parado de subir, podemos entender una parte del aumento del precio del mercado.
“Los derechos de emisiones son finitos, lo que hace que las empresas luchen por comprarlos y esto provoque que su precio suba. Hasta 8 veces en los últimos 5 años”
A todo esto, se le suma el precio que tienen que sufragar las empresas generadoras para comprar derechos de emisión de CO2. Estos derechos se han multiplicado por ocho en los últimos cinco años o por dos en el último año, (ver gráfico de la página siguiente) en lo que se conoce como el comercio de derechos de emisión, que funciona desde el año 2005 en la Unión Europea, y tiene determinadas características particulares. La principal de ellas es que las emisiones son finitas, lo que hace que las empresas luchen por comprar los derechos y esto provoca que el precio suba, y éste sobrecoste es repercutido en el precio de venta en el mercado, que finalmente pagamos los consumidores. Al principio se asignaban las emisiones de forma gratuita, pero el procedimiento contempla la transición a un modelo de subastas, que hace que vaya subiendo el precio al reducir las emisiones gratuitas (60 % para finales de 2020 frente al 40 % de asignación gratuita).
Mientras sucede todo esto, el precio sigue subiendo y afectando al mercado a medio y largo plazo.
¿Cómo puedo ayudar a mis clientes?
Pues lo más importante es mirar los mercados de futuros de electricidad y de emisiones para hacer una estimación de los precios de la energía. Con esos precios se puede hacer una estimación del coste y se puede comparar con las ofertas de las comercializadoras para ver cuál es la mejor.
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