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Los beneficios ambientales de los paneles fotovoltaicos

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fotovoltaicos

Hace no mucho tiempo llegaron al mercado los paneles fotovoltaicos. Desde su inicio nos mostraron que estaban diseñados para transformar los beneficios de la energía solar en electricidad sin degradar el medio ambiente. Según los especialistas del curso de huella de carbono, la generación de energía fotovoltaica reduce de forma drástica la contaminación ambiental generada por las empresas.

Estos profesionales elaboran informes donde se estima la cantidad de contaminación y el origen. El objetivo de estos informes es tomar decisiones en los procesos productivos, por eso, al final se proponen medidas para reducir o compensar las emisiones. Los reportes de este cálculo lo analizan las directivas de las empresas y mejoran sus tejidos productivos.

La huella de carbono

Se considera que la huella de carbono es la cantidad de gases de efecto invernadero inducidos por la demanda final interna de un país. La huella de carbono considera el consumo de los hogares, de las industrias, las administraciones públicas, y las asociaciones. Comprender la importancia de la huella de carbono puede ayudar a limitar el impacto en el medio ambiente. Existen diferentes soluciones para ayudarlo y todo comienza con la información que aporta el informe de huella de carbono.

Un caso de éxito es el aporte del ingeniero ambiental en la fabricación de paneles fotovoltaicos. Hay tres evoluciones decisivas en el avance de los paneles solares para reducir su contaminación. Estas son:

  1. La primera generación de paneles consume mucha energía. Desde la extracción de materiales hasta el consumo eléctrico que requiere su fabricación, estos primeros paneles tienen una pobre huella de carbono. Representan el 90% del mercado, pero no explotan tierras raras. Actualmente, la investigación está explorando propuestas de sustitutos efectivos para reemplazar a esta primera generación;
  2. La huella de carbono de los paneles fotovoltaicos de segunda generación es mejor, pero tiene sus carencias. La fabricación de esta generación de productos todavía requiere metales raros, pero en pequeñas cantidades;
  3. La tercera generación de paneles solares tiene como objetivo una mejor huella de carbono, respeto por la tierra de extracción y una mejor responsabilidad social. Este tipo de producto aún se encuentra en la etapa de investigación y desarrollo.

La guía de la legislación europea

Según la legislación europea desde 2002, y mejorando su definición y alcance en 2021, el reciclaje de paneles fotovoltaicos está regulado. Así, las empresas que comercializan paneles solares deben asumir el coste y la gestión de su reciclaje.

Este hecho ha determinado que las empresas están mejorando sus actividades de producción y operación. Los productos refinados se reciclan cada vez más, y sus envases también. Las técnicas de extracción y refinación son ahora entre un 95% y un 99% reciclables con el objetivo de alcanzar el 100% en un horizonte cercano.

Este hito ya lo cumplen las placas fotovoltaicas. El material principal de un panel es el silicio cristalino. Este es el material con mayor peso en la fabricación y la clave de lograr la mayor disminución en la huella de carbono de un panel fotovoltaico, ya que es 100% reciclable como el vidrio.

Otro factor destacado es la geolocalización. Una de las cosas más sostenibles de la energía solar es que está en todas partes a nuestro alrededor. Si brilla el sol, hay energía solar aprovechable por los paneles. Otras formas de energía requieren condiciones o recursos geográficos particulares como el gas, y si se necesita en otro lugar se debe transportar. Lo mejor de los paneles fotovoltaicos es que generan la energía en el mismo lugar donde se consume. Por lo que se reduce o elimina la necesidad de transportar energía a largas distancias.

La sostenibilidad

Un panel fotovoltaico emite un promedio de 55 gramos de CO2 por kilovatio producido. Se necesitan cinco años para que un panel solar tenga tiempo de amortizar su propia fabricación. Se estima que esta compensación es sostenible, ya que la vida útil de un panel solar fotovoltaico se estima entre veinticinco y treinta años.

Para la depreciación de los gases de efecto invernadero en el tiempo de producción, se estiman unos quince años. Esto supone, aproximadamente, la mitad de la vida útil de un panel solar fotovoltaico. Por lo tanto, la huella de carbono de un panel solar es positiva. A lo largo de los años, el sector de paneles fotovoltaicos ha logrado revertir la tendencia de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Así que la conclusión es que los paneles solares generan beneficios ambientales tanto desde un punto de vista externo como de un punto de vista propio. Esto le permite afirmar que es una pieza importante en la sostenibilidad del planeta