Mercado eléctrico y de gas
En España existe un mercado eléctrico y otro gasista para ofrecer estos servicios a los consumidores. En los últimos años, ha habido varias reformas de estos sistemas, tanto en la electricidad como en el gas. La primera reforma fue la liberalización del mercado gasista en el año 2008 y más tarde llegó la liberalización del mercado eléctrico en el año 2009.
Uno de los cambios más importantes dentro de estas reformas es que la energía es transportada por las distribuidoras, y las comercializadoras son las que se encargan de la tarificación de la energía, ofreciendo tarifas de luz y tarifas de gas. Anteriormente se trataba de la misma empresa pero actualmente son empresas distintas.
Qué nos ofrece el mercado eléctrico y de gas
Como los propios conceptos indican, el mercado eléctrico proporciona luz, mientras que el mercado gasista lo hace con el suministro de gas natural. Sin embargo, es importante saber cómo se mide el consumo de este servicio para cualquier tipo de vivienda. Conceptos básicos como “potencia (kW)” o “consumo (kWh)”, hay que saber la diferencia entre kW y kWh.
Cómo se mide la electricidad y el gas
Ambos consumos se miden en kWh. Cuando se habla de “potencia contratada” se refiere a la potencia que el consumidor contrata con la empresa eléctrica y que es fija. Mientras que el “consumo” significa la equivalencia de un kilovatio por hora. Esto quiere decir que no es un término fijo, sino que variará dependiendo de la potencia de los electrodomésticos que se utilicen y cuántas horas se mantengan encendidos.
En cuanto al mercado de gas, la parte fija que se paga por la distribución se denomina término fijo de gas. Generalmente, las viviendas suelen tener una red de distribución de 4 bares y no suele variar. Mientras que el consumo se mide a través de los metros cúbicos que consumen las viviendas, la comercializadora los multiplicará por un factor de conversión para obtener el consumo en kilovatios-hora.
Diferencia entre potencia y consumo
Como se ha explicado anteriormente, el consumo varía dependiendo del tiempo de funcionamiento del electrodoméstico y también de su potencia. Sin embargo, la potencia contratada se trata de un término fijo en el precio de la factura de luz.
Un cliente podrá contratar la potencia que desee. Con ella podrá utilizar todos los electrodomésticos que quiera, siempre y cuando no sobrepase esa potencia. La factura del cliente no variará puesto que siempre tendrá la misma potencia independientemente del consumo que llegue a utilizar. Si el cliente quisiera aumentar o disminuir la potencia contratada, también aumentaría o disminuiría su factura y solo tendría que comunicarlo al teléfono de la comercializadora.
Qué es el ICP
El problema se plantea cuando sobrepasamos esa potencia contratada. En ese caso, todas las viviendas tienen instalado un “Interruptor de Control de Potencia” (ICP), que saltará cuando sobrepasemos nuestra potencia contratada. De esta manera, cuando se sobrepase la potencia, el suministro se verá cortado.