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Descubre los motivos del cierre de sucursales bancarias en 2018 y 2019

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Desde la llegada de la crisis económica y financiera a España entre los años 2007 y 2008, muchas entidades se han visto obligadas a cerrar gran parte de las sucursales bancarias. Numerosos han sido los motivos que han llevado a ello, y aún mayores las preguntas de los clientes ante cómo hacer frente a ese tipo de situaciones.

¿Cuáles son los motivos de cierre de una sucursal bancaria?

Desde la última década, y según datos de facilitados por el Banco de España, casi el 40% de las sucursales bancarias han cerrado en nuestro país. Muchos son los motivos que hacen que se produzca esta circunstancia. Ya sean de tipo social, financiero o económico, muchas comunidades autónomas han visto cómo se reduce considerablemente el número de sucursales y cajeros, especialmente en aquellas zonas menos pobladas que en las grandes ciudades.

A continuación se ofrece un listado con los principales motivos del cierre de sucursales bancarias y cajeros en los diferentes territorios de España:

  • Crisis económicas que desembocan en despidos de personal
  • Crecimiento de la digitalización y cajeros virtuales
  • Facilidad a la hora de realizar transferencias mediante el método bizum
  • Traslado de oficinas y cajeros a otras zonas de menor coste
  • Pérdida de patrimonio de la entidad financiera

¿Qué ocurre si cierra mi sucursal bancaria?

El cierre de sucursal bancaria es algo bastante común, especialmente en los últimos años. Ya sea por un cierre definitivo o porque han decidido realizar un traslado a una zona diferente. No es algo tan grave como el cierre del propio banco, pero aún así se trata de una circunstancia que conviene tener en cuenta para comodidad del propio cliente.

Cuando se produce un cierre de sucursal bancaria por cualquiera de los motivos citados anteriormente, el banco le asigna al cliente la oficina más cercana. Lo idea es que se encuentren dentro de la misma localidad o municipio. Sin embargo, esto no siempre es así, lo que acaba por derivar en un cambio de banco por parte del cliente, agravando la situación de la entidad bancaria en general.

La cuenta sigue igualmente activa, y el tráfico de transferencias se redirecciona con regularidad. Si bien es cierto que los trámites son nulos hasta el punto en que muchos clientes ni se enteran de la circunstancia, el hecho puede suponer un problema para el consumidor en términos prácticos territoriales.