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Cómo ahorrar energía en casa para pagar menos luz

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Ahorrar

Según diversos estudios del IDAE (Instituto de Diversificación y Conservación de la Energía), el gasto energético medio de los hogares españoles es de 1.000 euros al año

El aire acondicionado (calefacción + aire acondicionado) tiene un promedio de 5.300 kWh por año, que es, con mucho, el gasto energético doméstico más alto, alcanzando el 50% del gasto energético total medio nacional.

A continuación, los electrodomésticos y el agua caliente se agrupan juntos, y ambos tienen alrededor de 1.900 kWh. Otros conceptos, como la iluminación (aproximadamente 400 kWh), son mucho más económicos que otros conceptos.

Una conclusión simple que podemos sacar de estos datos es que si queremos ahorrar dinero, deberemos controlar el gasto en calefacción. Por ello, te contamos cómo disminuir el consumo en climatización en invierno.

1. Bajar la potencia, un arma de doble filo

La potencia eléctrica, también llamada "parte fija", se mide en kW (kilovatios), que representa la cantidad máxima de energía que podemos consumir al mismo tiempo.

Por ejemplo, cuanta más potencia tengamos, más electrodomésticos podremos hacer funcionar al mismo tiempo. Cuanto menos potencia tengamos, mayor será la posibilidad de "salto de señal".

Si revisamos nuestros hábitos y confirmamos que no necesitamos encender muchas cosas al mismo tiempo (quizás podamos usar el horno y la aspiradora al mismo tiempo), entonces se puede abrir la puerta de ahorro de energía. Cuanto menos energía tengamos, menos factura pagaremos. Aquí, hemos encontrado el primer punto de cómo ahorrar energía en casa.

Si reduces demasiado la potencia apresuradamente y afecta tu vida diaria, tienes que volver a aumentarla. Y este proceso puede costarle dinero, lo que agotará cualquier ahorro que obtenga por otros medios.

2. Concentrar la energía de tu casa

La mayoría de nosotros tenemos una serie de hábitos en casa, y los desarrollamos automáticamente casi todos los días.

Podemos acostumbrarnos a dejar la puerta abierta, bajar los estores al mediodía o poner siempre el termostato a 22ºC, para dar algunos ejemplos de hábitos que raramente meditamos de forma computacional.

Estos hábitos también existen en la forma en que usamos nuestro hogar. Solo utilizamos diferentes habitaciones en función de un conjunto de hábitos diarios establecidos. Algunos son tan normales como comer en la sala de estar, la sala de estar o la cocina, en lugar de en el dormitorio. Sin embargo, si solo lo usamos donde sea necesario, otros pueden ahorrarnos energía.

El simple hecho de calentar solo la habitación a la que vamos a entrar y cerrar las puertas restantes puede reducir la factura a la mitad. Después de todo, si vamos a pasar una tarde en la sala de estar, ¿cuáles son los beneficios de calentar el baño o la habitación de invitados?

Intenta cambiar tus hábitos poco a poco para ahorrar energía. Por tanto, podremos optimizar el consumo de energía y enfocar nuestros gastos en las partes de la casa que realmente se necesitan.

3. Puertas cerradas para ahorrar energía y mente abierta

Cerrar la puerta se trata más de privacidad que de ahorrar energía en casa. Pero, ¿qué pasa si le decimos que este es un hábito que puede ayudarlo a reducir drásticamente el precio de su factura?

Por lo tanto, si una habitación da a un pasillo, y el pasillo tiene una puerta al pasillo principal (común en las casas grandes), cerrar estas dos puertas significa crear una cámara de aire intermedia, similar a la de una calidad superior La cámara de aire que se encuentra en la ventana. Los aisladores pueden suprimir la pérdida de calor, en resumen, es una opción ideal para ahorrar energía.

Cada habitación abierta enfría el núcleo de la casa, por lo que optimizar el calor generado es crucial. Podemos heredar esta tradición y continuarla en nuestro tiempo para ahorrar energía en lugar de desperdiciar calor en el hogar.

4. Con electrodomésticos más eficientes también puedes ahorrar energía

La tecnología obsoleta eventualmente causará pérdidas. La etiqueta de eficiencia energética de los electrodomésticos ha dado grandes pasos en los últimos años, y quedarse atrás lo vuelve ineficiente y derrochador.

Otra clave para descubrir cómo ahorrar energía en casa es mirar los datos de consumo específicos de los electrodomésticos:

Esto significa que si sustituyes tu antiguo frigorífico por uno de clase A +++, puedes ahorrar más de 70 euros al año en la electricidad que consume el frigorífico.

5. Duchas cortas, lavavajillas intensos

Cambiar los hábitos de lavado e higiene también puede ayudarnos a ahorrar energía en el hogar, lograr el objetivo de una vida más sostenible y, al mismo tiempo, ahorrar dinero.

De la misma forma, abandonar la bañera y sustituirla por un plato puede evitar ir al baño y fomentar este tipo de hábito de ahorro a pagar un céntimo.

Y esta es la clave para estirar los fondos destinados a la energía: afrontar tantos cambios de hábitos como sea posible, por lo que el impacto total es muy grande.

6. Aprovechar la luz solar al máximo

Una clave para el ahorro de energía tradicional es reemplazar las bombillas incandescentes por luces LED. Estas lámparas son tan eficientes que su margen de mejora en el ahorro de energía es muy reducido.

En este sentido, puedes colocar estores enrollables para ir aprovechando la luz natural según el momento del día.

Sin embargo, aún podemos ahorrar iluminación haciendo un uso completo de la luz solar. Aunque sabemos que el gasto en iluminación solo supone el 4% del consumo medio de los hogares españoles. Aprovechar al máximo la luz natural puede convertirse en un aspecto importante del ahorro energético diario.