La aerotermia con radiadores
La energía aerotérmica es una tecnología desarrollada recientemente que extrae energía del aire exterior para mantener la casa cómoda. Es un sistema muy eficiente, potente y fácil de instalar y se ha convertido en una de las opciones más populares entre el público en los últimos años. Y prácticamente no requiere mantenimiento o genera residuos nocivos para el medio ambiente.
Energía aerotérmica en radiadores
Es un sistema basado en el uso de bombas de calor que enfrían las habitaciones en los meses calurosos, las calientan en invierno y proporcionan agua caliente durante todo el año a petición del usuario. Su funcionamiento es bastante sencillo: gracias a un circuito termodinámico y un gas refrigerante, el sistema extrae el calor del aire para luego transferirlo a otras áreas.
La aerotermia junto con el suelo radiante ofrece excelentes resultados y consigue un alto rendimiento con un bajo consumo. Pero si tal instalación no es posible, existe una alternativa: usar radiadores convencionales.
Estos equipos tienen varias ventajas. Por un lado, utilizan una fuente de energía completamente renovable: el aire. Por otro lado, aportan mayores ahorros en costes de calefacción y menores costes de mantenimiento. Su sistema no emite CO₂ a la atmósfera y tiene la capacidad de calentar una casa o edificio muy rápidamente.
Calefacción con radiadores convencionales
Muchas personas dudan en hacer un trabajo complejo en su caso. En estos casos, los radiadores son una muy buena opción.
Se puede utilizar un sistema de aerotermia con radiadores tradicionales de aluminio o hierro Sin embargo, es importante calcular la carga térmica necesaria con mucho cuidado, ya que estos dispositivos requieren una temperatura de salida más alta y saber utilizarlos te puede aportar una mayor rentabilidad.
La temperatura de funcionamiento de los radiadores
Para dispositivos de aluminio es de 55 ºC. Para los dispositivos de chapa o hierro, al estar construidos a partir de bloques o elementos de fundición, pueden alcanzar los 65 o 70 ° C. Los de hierro tienen una mayor densidad de material, por lo que su capacidad calorífica es mayor y mantienen la temperatura de manera más eficiente. Sin embargo, a veces se cuestiona la necesidad de un tanque de almacenamiento para su radiador.
En realidad, es sólo un tanque de agua a presión, cuyo objetivo es aumentar el volumen total de agua y la inercia del sistema.
Filtros y fluidos anticorrosión, imprescindibles
Para evitar problemas futuros, es importante mantener limpios los radiadores. En cualquier sistema de calefacción doméstico, es imperativo utilizar componentes que protejan contra la suciedad y los escombros. Hay filtros magnéticos, piezas que pueden depositar residuos de suciedad en la parte inferior del enfriador. Estos contaminantes pueden afectar el funcionamiento de bombas y válvulas y reducir su disipación de calor. Por eso, estas piezas son fundamentales.
La corrosión, por otro lado, puede dañar seriamente la estructura de una máquina, causando reparaciones costosas y daños extensos. En los refrigeradores, donde abundan las piezas metálicas, los fluidos anti corrosión protegen las piezas metálicas y retrasan enormemente su proceso de degradación.