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Salud y eficiencia energética en tu hogar o negocio

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Desde hace unos años se viene comprobando que las reformas estructurales ayudan a mejorar la eficiencia energética de un inmueble, consiguiendo un mayor aprovechamiento de la energía y reduciendo las emisiones de gases invernadero a la atmósfera.

Pero no sólo se traduce en un ahorro en el consumo energético, lo cierto es que mediante la rehabilitación energética de una vivienda o local se produce una mejora en la calidad de vida de las personas que habitan o trabajan en él.

Según María Pía, especialista en biointeriorismo en Zaragoza, Madrid y Barcelona, el aislamiento no está relacionado únicamente con el confort térmico y el bienestar de un espacio interior, sino también con la calidad de vida.

Problemas de salud relacionados con un mal aislamiento 

En el momento en que un aislamiento es deficiente, puede traer consigo problemas médicos, de humedades o insalubridad que afecta de forma directa a la salud de las personas.

Diferentes estudios demuestran que el hecho de que una persona esté expuesta a temperaturas muy altas en verano y muy bajas en invierno o bien a la presencia de ruidos, provoca un deterioro en el reposo y la calidad del trabajo y de vida, acarreando así, un aumento de los niveles de estrés y una menor capacidad de concentración.

Asimismo, un mal aislamiento suele acarrear unos niveles altos de humedad, llegando a favorecer la proliferación de microorganismos como los ácaros o los hongos del moho, pudiendo producir infecciones respiratorias, síntomas asmáticos o reuma.

Elementos clave para rehabilitar un inmueble 

Para realizar una rehabilitación energética en Zaragoza, es fundamental contar con un profesional de confianza que trabaje de manera rigurosa las distribuciones y la funcionalidad del espacio y, además, conjuguen con la parte estética.

  • Reparar fisuras de la fachada o de la envolvente nos permitirá eludir los intercambios de temperatura entre el interior y el exterior, consiguiendo un correcto aislamiento térmico.
  • Cambiar puertas y ventanas, especialmente aquellas de mayor antigüedad. Las ventanas de doble acristalamiento y rotura de puente térmico son fundamentales para desvanecer el frío, el calor y la humedad, haciendo que la temperatura del interior sea continua. 
  • Supervisar los niveles de humedad con la instalación de sistemas de ventilación y cerramientos. Por ejemplo, la ventilación mecánica controlada, es un dispositivo que fuerza la extracción del aire para renovarlo y garantizar, de manera continua, la calidad del aire del interior.
  • Aislar acústicamente el inmueble para evitar que los ruidos que provienen del exterior, puedan colarse en nuestra vivienda. La insonorización de partes críticas de la vivienda, como los techos, suelos, paredes, puertas y ventanas, es fundamental.