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Humedades en nuestro hogar parte I

Actualizado el
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Humedades

Uno de los problemas más frecuentes en nuestros hogares son las temidas humedades.

Las que aparecen de repente, y nos inundan paredes, techos o suelos, hacen que actuemos rápidamente, y busquemos ayuda en el seguro o en nuestro reparador de confianza para solucionarlo, pues vemos con horror cómo el agua daños nuestras cosas, es una urgencia y como tal actuamos rápidamente.

El problema más grave son las humedades sinuosas, lentas, evolutivas, que pasan desapercibidas durante meses. Pero entonces, miramos a nuestros techos, y vemos unas manchas que antes no estaban, o movemos un mueble y detrás hay una capa de moho, o alguien llega a nuestra casa y nos comenta, huele raro…

Entonces empieza la odisea, esa “mancha”, que nos pasó desapercibida,¿ de dónde viene?

Como siempre recomendamos buscar ayuda en un profesional, pero vamos a intentar resumir cuáles son las causas más frecuentes y las diferencias, para entenderlo cuando nos den un diagnóstico y las posibles soluciones.

En primer lugar, tenemos que entender que cuando hablamos de humedades, es porque hay agua, pero puede venir de diferentes sitios.

Lo que hay que aclarar es que las manchas negras, como punteado, son producidas por la formación de hongos, como el aspergillus. Estos hongos no miran de dónde viene el agua, sólo aprovechan que está ahí y crecen por tener todos los factores a su favor: agua, calor, lugar donde asentarse y minerales de la pintura o de los elementos constructivos.

Es muy importante tenerlo claro, porque independientemente del origen, primero debemos matar a ese hongo, que se trasmite por el aire en forma de esporas, y después tomar las medidas correctas para evitarle sus factores de crecimiento.

Tenemos que entender, que el crecimiento de ese hongo, las manchas negras, son parte de la evolución del proceso, y hasta llegar ahí, ya teníamos agua en las paredes de nuestro hogar, seguramente con meses o años de evolución, y no nos damos cuenta hasta que vemos los hongos.

Una vez tenemos claro este punto, vamos al meollo: ¿de dónde me viene el agua?

Del exterior de nuestra vivienda

Fugas de instalaciones: como indicamos antes, cuando rompe una tubería a nuestro vecino, vemos rápidamente el agua y lo tratamos como una urgencia. Pero a veces son microfugas, o muy comúnmente, problemas de las tuberías de los desagües o de las bajantes comunitarias.

En estos casos son humedades con cerco, más lentas, si son de bajantes suelen aparecer de color amarillento-parduzco por ser aguas sucias. Típicamente aparecen en techos de baños y de habitaciones colindantes a ellos, y solemos asociarlo con una falsa columna.

Otro lugar muy común es en techos de baños, debajo de la zona donde están el plato de ducha o bañera, en este caso son circulares, concéntricas cuando son por la válvula, y más generalizadas cuando el origen es el sellado del azulejo o de la pieza sanitaria.

Otro origen común, son filtraciones procedentes de fachadas y cubiertas, en este caso el agua es de la lluvia, por lo que situaremos las filtraciones en techos y paredes orientadas hacia el exterior, y observaremos que en los meses de verano prácticamente desaparecen.

En todos estos casos la reparación de la causa es bastante obvia: arreglar tuberías, cambiar válvulas, sellas juntas o reparar cubiertas y fachadas.

Del interior

Aquí podemos incluir, fugas de nuestras propias instalaciones, que estaríamos en la descripción anterior. O bien condensaciones y filtraciones por capilaridad.

Los daños por capilaridad se basan en la Ley de Jurin, en donde influyen las fuerzas de cohesión y de adhesión de las moléculas de agua, por lo que observamos humedades que aumentan “en contra de la fuerza de la gravedad”. Un claro ejemplo es lo que pasa con un terrón de azúcar: si lo ponemos sobre una cucharilla con café, veremos cómo “sube” el líquido por el terrón.

En estos casos típicamente veremos daños en paredes, pegados al suelo, y vemos cómo van creciendo hacia arriba.

Los dos orígenes más frecuentes son: en plantas bajas, agua de lluvia procedente del terreno de asentamiento de la vivienda, o bien fugas de desagües de baños y cocinas, que van al suelo, empapando el mismo, y terminan subiendo por las paredes colindantes.

Continuará en el próximo artículo. (condensaciones y soluciones)

Cristina Gómez Ollero

Perito Tasador Judicial y de Seguros

Kompetenta