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Coche autónomo: ¿Dónde termina la responsabilidad del conductor y empieza la del coche?

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Muy pronto los coches autónomos van a ser una realidad en nuestras carreteras. Unos vehículos que convierten al conductor en pasajero y que son capaces de interactuar con otros coches y las infraestructuras de la carretera para un viaje completamente seguro y sin conductor.

Realmente, esto no es una utopía ya que actualmente ya existen medios de transporte que operan de esta manera. Y si los coches autónomos destinados al gran público no han dado ya el salto a la carretera no es por falta de tecnología sino por problemas de legislación. La clave está en que si nadie conduce el coche, y hay un accidente, ¿en quién recaerá la culpa? ¿En el propietario del coche, en el conductor, en la compañía de seguros, en el concesionario de la carretera, en el fabricante del vehículo…? Estas dudas deben despejarse antes de poner en marcha este tipo de coches que, no obstante, ya están en la parrilla de salida listos para invadir las carreteras de todo el mundo.

Los coches autónomos pueden acabar con el error humano y su objetivo es reducir los accidentes de carretera a cero pero ¿puede fallar en algún momento su tecnología? Por ello, también tiene que ponerse en marcha una legislación que los regule y las compañías de seguros deben adaptarse a las nuevas exigencias de esta nueva forma de movilidad.

La Sociedad Americana de Ingenieros del Automóvil ha establecido 5 grados de circulación autónoma:

  • Nivel 0: Son coches sin ningún tipo de ayuda electrónica a la conducción.
  • Nivel 1: Incluye automatismos en los vehículos como frenada automática de emergencia, control de ángulo muerto, alerta de salida de carril, control de crucero…
  • Nivel 2: Modelos que utilizan cámaras para mejorar la conducción, los que activan la frenada de emergencia automáticamente, los que disponen de corrección de salida de carril, los que cuentan con control de crucero adaptativo.
  • Nivel 3: Incluye la capacidad del coche de adelantar de forma autónoma, es decir que acciona el intermitente, cambia de carril, adelanta y vuelve a la línea sin intervención del conductor. Este nivel ya está listo pero sin que la legislación se haya adaptado por lo cual aún no es operativo. Cuando este sistema sea una realidad, el conductor podrá soltar las manos del volante y hablar por teléfono. Aunque no se podrá dormir al volante. Si lo hace, el coche le despertará.
  • Nivel 4: En este nivel el conductor ya es un pasajero. A partir de este momento, ya no tendrá ninguna responsabilidad sobre lo que pueda suceder. Podrá dormir, viajar en los asientos traseros, o entretenerse sin estar pendiente de la conducción.