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FM Z95: "La radio que cambió la radio" tiene su libro

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  • La radio que nació de manera accidentada hacia fines de 1988 y que se propuso romper los moldes de lo escuchado hasta el momento, tiene su historia a través del libro "Z95, la radio que cambió la radio".
  • Su autor, Matías Picallo, realizó una minuciosa crónica de esos escasos dos años de vida, que marcaron a una importante parte de la generación de fines de los 80.

“Solo era uno más de esos pibes que a comienzos de 1990 alucinaron con Jazzy Mel y la música que pasaban en la FM Z95” asevera Juan Data en el prólogo del libro “Rap de acá” de Martín Biaggini, y deja cuenta de la presencia de otra radio que aglutinó a parte de la adolescencia con un nuevo lenguaje, pese al reinado y peso propio de la Rock and Pop.

Por años, el aire de la Z95, aquella que sólo estuvo activa entre finales de 1988 y diciembre de 1990, y que se alzó con un premio Martín Fierro, se vio oculta en los libros de la radiofonía argentina. Hasta que en este 2021, el periodista y musicalizador Matías Picallo la rescató de la historia con la salida de “Z95, la radio que cambió la radio”.

En sus páginas, Picallo revela que la Z fue una apuesta comercial que dejó además un estilo a la hora de locutar y comunicarse, que sobrevive aun en radios actuales, y que también dio origen al sello discográfico ABR que impulsó fenómenos como The Sacados, Machito Ponce o el disco debut y despedida del tenista Guillermo Vilas.

El romance de Matías con la Z95 empezó en Avellaneda, cuando a bordo del auto de su padre comenzó a cambiar el dial y se topó con el 95.1. Allí, sintió que esas voces hablaban su mismo lenguaje. “Donde acaba el alfabeto, empieza la aventura” manifestaba uno de los separadores de este éxito radial que duró tan solo dos años, y que dio sus primeros pasos en las salidas de los colegios, cuando antes de ser fundada, sus ideólogos realizaban encuestas para saber qué música querían escuchar esos jóvenes que preferían evitar el rock para sumergirse en los futuros “hits” del dance.

¿Qué fue lo que te atrapó del aire al escuchar la Z95?

Era distinta, por sus códigos, su forma de comunicación o por cómo te pegaba, sentía que hablaban un mismo lenguaje. Hoy quizás no pasa entre padres e hijos, pero nosotros cambiábamos las modas pero los soportes eran los mismos. Es decir, a mi viejo le gustaría escuchar a los Beatles en vinilo, y a mí me gustaba otra música, pero también escuchaba discos de vinilo, y mi viejo escucharía la radio en su momento; y yo escuchaba la radio de ese momento y sentía que esa era mi radio. Horizonte a vos no te hablaba, la Z sí.

¿En qué momento empezás a querer y decir hay que hacer un laburo sobre la Z 95, cuáles fueron las motivaciones?

Hay dos o tres motivaciones. Primero, el recuerdo que se agiganta de la pre-adolescencia, lo que escuché o lo que me contaron (risas), no sé si efectivamente yo escuché, o me llenaron tanto la cabeza que creo haberlo vivido y no lo viví. Lo otro era contar algo incontable, porque hoy en una época donde todo está “youtubeado”, todo está filmado y fotografiado, uno se manda con una historia que solo tiene que ser contada, porque no existe registro.

Es una de las pocas historias que vive a través del relato, lo demás está todo en Youtube, si te fijás de Energy hay videos muy caseros, muy VHS, pero hay videos, de la Z casi ni hay fotos de adentro.

¿No hay registro audiovisual de la Z?

Hay grabaciones de oyentes que capaz grabaron algo de la radio y lo subieron, pero son cosas entrecortadas, o sea, inconexas. De hecho, el archivo que está incluido en el libro, en códigos QR, el 90% sale del director Bernardo Bergeret, que es el que conservó unos casetes de la Z que me llevé. Aparte recordemos que era otra época, donde las artísticas se grababan en el mismo estudio de la radio en cinta abierta, esa se bajaba a un casete que iba al estudio, y cuando se completaba la cinta abierta se volvía a grabar arriba, entonces había archivos que quedaban perdidos. La otra motivación fue hace 5 o 6 años, en un laburo de la universidad tenía que desarrollar una crónica literaria de más de 4.000 caracteres sobre un tema social. Yo venía de una universidad pública, y dije me voy a poner a desarrollar este tema, y no va que la profesora justamente me dice “mirá que casualidad yo fui redactora”, y digo “wow que loco”, y bueno terminamos el laburo que me saqué un 9, no 10, porque el trabajo como no cumplía la cuestión social, se le restaba un punto, pero a su vez me dijo “acá tenés un libro, no lo desaproveches”.

La historia que contás también sirve para entender cómo aparecieron ciertos fenómenos como Jazzy Mel, Machito Ponce o The Sacados…

En realidad todo tiene un por qué, el hecho de que uno no lo sepa es otra cosa, pero como todo negocio, porque obviamente la radio era un negocio, una multiplataforma, la principal idea era vender un producto, que era un anunciante, vender discos y por qué no producir discos, de dudosa calidad, de dudosa factura, a veces producidos de maneras insólitas, imposibles y ultra económicas.

Pero lo que te permitía tener la plataforma de una radio es poder inventar artistas, es mucho más barato que comprar la licencia, lo fabricás vos, lo inventás vos, le das la imágen vos, lo vendés vos, le hacés las giras y hacés los shows.

La relación entre los sellos que ofrecen música y artistas, y el medio que los difunde como la radio, una relación histórica.

Claro, primero tenés la rotación, y por otro, la otra parte del negocio, porque en realidad Bernardo Bergeret, de quién estamos hablando, que era director artístico de la radio, y además uno de los titulares del sello ABR, no era ni más ni menos que Abraxas, una compañía compartida por él y Pity Iñurrigarro, que también fue uno de los promotores del rock nacional junto con (Daniel) Grinbank.

Con la gente de esa época producían a los Abuelos De La Nada, producían montones de cosas, de hecho Abraxas producciones representaba a Los Fabulosos Cadillacs. ABR era una subdivisión generada para la radio, para vender, pero también están esos discos de César Banana Pueyrredón, o sea, todo lo que se pudiera vender se vendía.

Teniendo en cuenta tus años de escucha y relación laboral con el medio ¿existe una radio que pueda ser similar a la Z?

Estéticamente no hay una radio que se parezca a la Z, no existe, porque es una radio de formato, porque funcionaba en ese momento y nadie quizás hoy se inclinaría con ese formato, pero sí hizo escuela. Los otros días estaba hablando con un quilmeño, un tipo macanudo, un amigo del alma, que es Martín Catramado, que él pertenece a “Los 40”, y hasta hace poco tiempo, en las reuniones de producción se les pedía a los locutores que tuvieran la dinámica de los locutores de La Z, 30 años después.

Sí hizo escuela internamente en la radio, de cómo se iban a hacer las cosas, y cambió las artísticas, que tenían que ser rápidas, que tenían que tener mucho ensamble de sonido, que tenga que ser llamativa, cómo tienen que laburar los locutores, pero en sí mismo el formato no se repitió, fue un formato que quedó “muerto” para el público.

Además de fotografías e ilustraciones de la época, el libro ofrece códigos QR donde se pueden escuchar audios originales de la radio como piezas artísticas y cortinas; y material del sello ABR que por diversos motivos no se encuentra en las plataformas de streaming.

La aventura de Matías Picallo no culminó ahí, ya que el libro es acompañado por su página web z95lahistoria.com.ar donde se recrea el aire que inició a voces históricas como BB Sanzo, Horacio Scanner y Marcela Feudale, entre otros locutores.

¿La Z95 es la antesala de lo que fue Energy después?

En parte sí y en parte no. Digamos, sí heredó personajes de la Z 95 como el BB Sanzo o como el fallecido conductor Marcelo Toledo, pero Energy nace un año después de la existencia de la Z, con el claro propósito de abarcar el público dance, de la música bailable, o sea, era una radio de nicho. En cambio la Z95, por decir una cosa si existiera hoy, estaría pasando a “Mau y Ricky”. Era una radio de hits, en esa época todo el hit pasaba por la música pseudo bailable, entonces el sonido era ese, pero también sonaba Sinead O´ Connor, Jason Donovan.

Entonces sí, digamos, el público empezó a escuchar dance en la Z, hubo un público que decantó hacia el Rock and Roll y otro que se hizo bailable duro o dance duro, que terminó en Energy. Estilísticamente trató de copiarle lo más posible a la Z95, pero eran dos propuestas distintas, dos dueños distintos, dos ideas distintas, cambia muchísimo, aunque es un sucesor en parte.

Una de las voces de la mencionada Energy de aquellos años era Ronnie Arias, oyente de la Z95 y quien se encargó del prólogo en el libro de Matías Picallo.

Es una consecuencia loca, rara de la vida, que Ronnie Arias haga el prólogo de este libro porque no fue parte de la Z95 y era justamente lo que yo buscaba. Cuando lo charlamos, le dije que lo que necesitaba era su experiencia como oyente, no como Ronnie estrella de radio, sino qué le pasaba a él como oyente, que en este caso tiene un nombre, pero podría ser cualquiera de los otros oyentes.

Ahora que pasaron unas semanas de la salida del libro, ¿qué devoluciones estás recibiendo?

Las devoluciones son más de lo que yo esperaba, la cantidad de gente del medio que lo compró, como ver a un compañero como Diego Ricciardi en el móvil de Crónica sacándose una foto con el libro, y uno se pregunta hasta dónde llegó esto.

Por ejemplo, llegó al director de Aspen, o el director de medios de Metro, que me dice “che como me gustó el libro”, y es extrañísimo, porque hay un grupo de fanáticos de Z95 ahora en Facebook, por ejemplo. El libro se abrió su camino y tuvo su moderado éxito en otro lado, a niveles que vos no esperás cuando lo lanzas.

Es un libro que está siendo bien tratado, bien querido, uno siempre está esperando una reacción hater, y en este caso no, y es hermoso, te paga dos veces, como cuando cocinás y te dicen que está bien rica la comida, es hermoso.

¿Por qué después de que la radio dejó de funcionar no hubo intereses comerciales para repetir la experiencia?

Eso se va a dejar ver en el libro, por qué pasó, pero lo cierto es que es una cuestión meramente comercial, y aunque estuviera montado dentro de la secuencia de Radio del Plata, era una radio independiente, con todos los avatares que eso tiene, en algún momento dijeron no nos da más la guita, no podemos más, y ya el mundo empezaba a tomar otros carriles, diferentes a ese mundo que se habían inventado con la música bailable de moda. Tenían un tiempo de caducidad, no podían ser para toda la vida.

Nadie siguió ese modelo porque era el modelo maldito, no nos olvidemos que la Z 95 ganó un Martín Fierro, y no era del todo aceptada por el establishment de las radios, o sea, es algo que prefirió ser olvidado de la historia. Cuando recurrís a las historias de radio que no hay muchas, la radio se olvidó de la Z o le deja una línea. Es como que se prefirió olvidar esos dos años donde la Z enterró a la Rock and Pop, que es dudoso pero es lo que pasó, y le ganó a radios como La 100. A la Z 95 se la borró directamente.

En el libro también destacas cómo trabajaban parados los locutores, algo que se perdió con los años…

Hay una pugna, porque Marcela Feudale dice que es ella la primera que empezó a trabajar parada, y Horacio Scanner dice que fue él. Era una tendencia en Estados Unidos, se usaba así, lo cual es cierto, porque vos podés estar con todo el cuerpo libre, el aire puede subir mejor, y para hacer algo que tenga dinamismo vos sabés mejor que nadie que la voz se transmite con el cuerpo, aunque no te vean, si vos estás moviéndote y estás parado, va a ser una voz mucho más dinámica, mucho más activa, y según Horacio él lo leyó en una entrevista estadounidense y decidió probarlo, y terminó siendo el sello de la radio.

Decías que la Z fue un formato que correspondía a un momento, que por eso también está bien direccionado, y que resultó comercialmente solo lo que duró, pero desde tu visión artística y sonora, ¿qué cosas le imprimirías a la radio de hoy que tenía La Z?

Es que en realidad hoy todos tenemos cosas de la Z, es decir, yo una de las tantas cosas que hago es editar artísticas, y yo mucho muchas veces sigo pensando el Negro Gudiño, que hoy es operador de Del Plata, y fue el quien inventó la artística con cortes sonoros, que tiene juegos de voces, hasta antes se ponía música y la voz arriba, imprimir efecto en las voces, hacer cortes de música y todo eso nace en la Z95. Y la otra cuestión que sí imprimiría en la radio, es el hecho de música, aire, música, aire, tanda, y no por ahí esos momentos eternos donde hay gente que está horas hablando, a veces de la realidad, a veces de sí mismo, o esos primeros bloques interminables que no sabés hacia donde van.

Le imprimiría un poco más de concreción al modelo radial, para qué estamos, qué hacemos, y hagámoslo. Que los oyentes sepan lo que van a buscar, si paso rock paso rock, si paso música bailable paso música bailable, pero que sepas la identidad de la radio, que sepas lo que te vas a encontrar.

Lamentablemente pasa mucho en los programas de la mañana, donde encontrás un tipo hablando, sin cortina ni nada, durante 25 o 30 minutos, para mí es totalmente anti radiofónico.

Esto que decís de la concreción tiene mucho que ver con los tiempos en los que estamos viviendo…

Sí, lo que pasa es que hace muchos años la radio estaba llevada adelante por gente de radio, hoy las radios pertenecen a conglomerados de gente que compra una radio, una bodega, un laboratorio farmacológico y poca idea tienen de lo que es la radio y cómo se tiene que manejar. Por ejemplo en los tiempos que tiene la radio, que son distintos a lo que tienen en la tele. Hoy vos encontrás muchas radios que tienen personajes de la televisión haciendo radio.

No necesariamente la televisión tiene que imitar a la radio, la radio supo tener sus propios comunicadores, distintos a la tele, porque el tiempo y la audiencia es distinta. Hoy parece ser todo lo mismo, con un desmanejo desproporcionado, yo al tipo que estoy mirando en la televisión no lo quiero escuchar en la radio, el tipo que a las 20.30 lo miro en canal 9, por ahí, no lo quiero escuchar mañana también en la radio, haciendo lo mismo que en la tele pero sin imagen, pero creo que es muy difícil de cambiar ese código.

Pese a esto, ¿es posible una nueva Z95 en el aire?

Si tendría que aparecer otra Z, no debería ser igual a la que existió, pero si una radio con objetivos claros, es decir hacia dónde va, a quién apostás.